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Díaz Ferrán, un hombre polémico

Díaz Ferrán, un hombre polémico

martes 22 de diciembre de 2009, 09:54h
José María Cuevas, el anterior presidente de la CEOE, siempre dejó claro que la Patronal, por encima de todo, debía dar ejemplo al mundo empresarial. Ni especulaciones ni pelotazos ni nada por el estilo. Los empresarios afiliados debían apostar por la economía productiva. Y debían pasar por encima de todo aquello que pudiese generar dudas en torno a su credibilidad: es decir, sus empresas debían ser ejemplares, y ellos, sus dueños, no debían que dar de hablar. El código ético debía ser riguroso en todos los sentidos.
Su sucesor no ha cumplido ninguno de estos postulados. Gerardo Díaz Ferrán  dueño de Viajes Marsans y de la aerolínea Air Comet comenzó a levantar sospechas entre sus colegas cuando su socio, Gonzalo Pascual, pidió ayuda al Gobierno para que les sacasen de la mejor manera posible del atolladero que significó la nacionalización de Aerolíneas Argentinas. Hubo que recurrir a la diplomacia para resolver ese asunto, y a las presiones al poder judicial, para que archivasen, o, al menos no inculpasen, a los dueños de la sociedad argentina por presuntas irregularidades en torno a su privatización

Por aquél entonces, Díaz Ferrán mantenía una postura moderada en torno a la política económica y social del Gobierno. Pero vinieron las críticas internas. La salida traumática del secretario general, Juan Jiménez Aguilar, y la oposición abierta del presidente de CEPYME, Jesús Bárcenas. Gerardo Díaz Ferrán tuvo que someterse al refrendo de la asamblea de la Patronal. Comenzó a cambiar su actitud respecto a la política del Gobierno, hasta convertirse en un serio problema para Rodríguez Zapatero que ve cómo el diálogo social se encuentra atascado por el empecinamiento de los empresarios en torno a la reforma del mercado de trabajo y las exigencias de rebajas de las cuotas sociales. Y los sindicatos, acostumbrados a los modos de Cuevas, diseñaron una estrategia de enfrentamiento sin precedentes en la historia de la reciente democracia en España.

A partir de ahí, los trapos sucios de Díaz Ferrán y su socio, Gonzalo Pascual, como dueños de Viajes Marsans empiezan a salir a la luz pública. Trasciende que  la aerolínea Air Comet lleva varios meses sin pagar a sus empleados. Y lo que es peor. Se hace público que Díaz Ferrán va a ser expedientado como consejero de Caja Madrid por el impago de un crédito que, con intereses incluidos, se acerca a los 25 millones de euros. Un crédito que está a punto de ser ejecutado al mismo tiempo que el aspirante a Patrón de Patrones entra en la lista de morosos de la Entidad, para vergüenza de la CEOE.

El mundo empresarial siempre ha sido muy quisquilloso con este tipo de asuntos. A Díaz Ferrán le toca, ahora, apechugar con otro contratiempo. Este, si acaso más grave: el cierre de Air Comet decretado por un juzgado del Reino Unido. Al presidente de la CEOE le crecen los enanos. No le queda mas remedio que solicitar un Expediente de Regulación de Empleo para toda la plantilla de Air Comet. Un despido colectivo que el mundo empresarial siempre intenta evitar para que no se les señale con el dedo. Pero el mayor tabú para un empresario es no poder hacer frente a la nómina de los trabajadores. Ese es el peor escenario de los posibles para los empleadores. Y Díaz Ferrán se encuentra inmerso en una situación similar.

Mal pagador y moroso, no sólo con sus trabajadores sino también con los bancos, a Díaz Ferrán no le queda mas remedio que pedir el apoyo de su Junta Directiva. La semana pasada reunió a sus incondicionales e hizo lo que tenía que hacer en estos casos: amagó con dimitir. La respuesta fue clara: la Junta Directiva y el Comité Ejecutivo de la CEOE le mostró su apoyo unánime y, por supuesto, le ratificó en su cargo.

Pero, a medida que pasa el tiempo, las cosas se van complicando para Díaz Ferrán. Fomento le ha pedido explicaciones sobre el asunto Air Comet y un juez ha ordenado el embargo de la flota. Los abogados han presentado suspensión de pagos, o concurso de acreedores como ahora se llama,  y Díaz Ferrán se encuentra en el ojo el huracán. Su futuro es incierto. Nadie sabe lo que va a pasar, pero sus enemigos en el seno de la CEOE, - que los tiene y muy poderosos-, se aprestan a afilar los cuchillos.

En tales condiciones Díaz Ferrán tiene que sentarse en nombre de los empresarios a negociar con los sindicatos un plan que permita a este país salir de la crisis económica. Así las cosas, no parece que CEOE acuda a la cita en posición ventajosa, sino todo lo contrario. Y Díaz Ferrán menos. Hay quien piensa que, antes de enero, periodo en el que comenzarán las negociaciones debería renunciar para que otro se siente en la mesa en condiciones más ventajosas. Lo que Díaz Ferrán decida en este paréntesis navideño sólo lo sabe él, y sus colaboradores más estrechos.
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