Mirando morosamente el año que está por terminar, podría decirse que fue el de los megaproyectos de todo tipo. Hemos tenido abundante información oficial en el período sobre los megaproyectos viales, hidroeléctricos, energéticos, sociales, de salud y educacionales. También es un año de vigorosa ‘mega integración’ regional en lo político y en lo económico, y de la apertura diplomática hacia otras áreas del planeta.
En estos doce meses también tuvimos del Gobierno una desmesurada propaganda ideológica, una lluvia de spots televisivos y cuñas radiales, anuncios en los periódicos, cadenas de medios de comunicación y centenar y medio de monólogos presidenciales sabatinos. También, y dentro de la onda ‘mega’, el Gobierno tuvo a su favor altos precios del petróleo y una envidiable recaudación fiscal.
Todo ha sido grande este año, incluso los enfrentamientos del Presidente de la República con los medios de comunicación independientes, a los que considera un poder a derrotar. No ha pasado un día sin que el mandatario, en función de analista de medios, no los haya descalificado en los peores términos. Hemos vivido la experiencia única de tener en casa a un tenaz teórico sobre qué deben ser y qué se debe hacer en materia de comunicación.
Pero cierra 2009 con un ‘mega anhelo’: que tengamos a partir de mañana un poco de sosiego, que nos respetemos todos, que admitamos que hay quien tiene derecho a pensar diferente, que con unión, comprensión y fraternidad entre ecuatorianos podemos enrumbar al país por un camino con todos y por el bien de todos. En fin, que vivamos y construyamos nuestro destino en paz.
Si (
No(
