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No fui yo, fue Teté

No fui yo, fue Teté

lunes 18 de enero de 2010, 18:23h

Fui yo quien le rogó a Chucho que nos guiará para convertirnos en otro país

Este artículo pretendía tratar sobre la devaluación y su impacto de corto plazo, pero mientras escribía, me cortaron la luz& en pleno mediodía. Lo más insólito es que estaba en una oficina con más de 100 profesionales universitarios y ninguno había descifrado aún el día y la hora en la que cortarían el servicio en ese lado de la ciudad.

Por encima de la rabia, me embargó una gran tristeza. No me apena reconocer que se me aguaron los ojos pensando en lo que nos hemos convertido ¿o debo decir en lo que hemos permitido que nos conviertan?

Recordé que hace casi 30 años Caracas era la envidia de Latinoamérica por su modernismo, infraestructura, empuje y sus mujeres bellas. Ahora sólo nos queda lo último (no podíamos perderlo todo). Me remonté a Bogotá, donde llegué adolescente en el momento que estrenaban la primera autopista (los venezolanos la llamábamos la "hatopista" porque las vacas pastaban en la isla central) y donde la televisión transmitía apenas cuatro horas al día. Recuerdo el impacto que me causó, viniendo de Caracas, padecer racionamientos de luz por varias horas al día, en una Bogotá oscura que sólo mostraba la luz de las casas que podían tener una planta eléctrica, que por cierto escaseaban. Yo era un chamo y quizás mi inmadurez me llevó a ver aquel país conservador desde la perspectiva altiva de un venezolano petrolero. Me decía, sin entender muy bien la cosa: "Mira tú, Macondo no es un pueblito, es todo este país".

Apenas el año pasado, al regresar de una visita a la pujante, moderna, limpia, segura y siempre iluminada Bogotá, la ciudad que logró superarse a pesar de la adversidad y la falta del maná venezolano, y compararla con la caraquita de mis morochos, ahora una capital deteriorada, primitiva, sucia, insegura, esa que llegó a autodestruirse a pesar de tener todas las oportunidades y recursos del mundo, le pedí a Dios que nos igualara con Bogotá y el pana me complació, sólo que nos llevó a la que conocí hace más de 3 décadas y no a la actual.

Ya que el presidente Chávez no está dispuesto a asumir su responsabilidad personal por una gestión de gobierno ineficiente, por el uso abusivo e irresponsable de los recursos vitales de la nación para consolidar su proyecto político, gastando en autobuses, boinas rojas, juguetes bélicos, expediciones intergalácticas, asesores cubanos, financiamiento de campañas políticas extranjeras, apoyos a otros países para cubrir las ineficiencias de gobiernos irresponsables, dejando de lado con todo esto las inversiones fundamentales para sostener el funcionamiento del país. Como el Gobierno prefiere decir que el problema eléctrico es causado única y exclusivamente por el fenómeno de El Niño, quien sin duda debe ser un carajito muy antirrevolucionario que la cogió con nosotros ¿o es que ustedes han oído hablar de problemas graves de luz en Colombia, México, Perú o Aruba? Dado que prefieren meterle el cuento a las masas que el caos de esta semana fue producto de un ministro recién nombrado, al que destituye para suspender una medida de racionamiento sin poder suspender la crisis que la origina, dejando al país sobre una bomba de tiempo. Y, además, basado en que la oposición se ha dedicado a dar ruedas de prensa con mensajes tan cautivantes como los que podría transmitirnos Largo (el mayordomo de Los Adams), sin capacidad de capitalizar la frustración de una población que cada día se siente más abandonada, escéptica e incrédula, he decidido poner mi granito de arena y reconocer públicamente que sí, yo soy Teté y asumo personalmente la responsabilidad de todos los eventos terribles vividos y por vivir. Después de todo, fui yo quien le rogó a Chucho que nos guiará para convertirnos en otro país& sin explicarle bien a cual época me refería.

lvleon@cantv.net

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