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El héroe de Tanizahua

El héroe de Tanizahua

lunes 19 de abril de 2010, 17:03h
Entre la pléyade de héroes y mártires de nuestra independencia nacional, hay uno cuyo nombre se nos ha ido quedando en el olvido y es preciso rescatar para la memoria latinoamericana. Se llamó José García y Zaldúa y fue uno de los bravos argentinos que vinieron a pelear por nuestra libertad, atendiendo el pedido de ayuda del gobierno republicano de Guayaquil.

Fue hijo de Ramón García de León y Pizarro, gobernador español de Guayaquil entre 1779 y 1789. Fue también sobrino del temible visitador José Pizarro, que presidió la Audiencia de Quito entre 1778 y 1784. Y también era descendiente de Francisco Pizarro, conquistador del Perú.

Nació en Santa Cruz de Mompox, en la Nueva Granada, el 14 de junio de 1776. En 1794 ingresó al ejército español, alcanzando el grado de Primer Teniente del Batallón de Voluntarios de Castilla, en 1798. Al año siguiente fue ascendido a Teniente del Regimiento Fijo de Buenos Aires. En 1807 luchó bajo el mando de Liniers durante el ataque británico a Buenos Aires y en 1809 se enteró de la destitución de su padre como Presidente de Real Audiencia de Charcas.

Esos hechos coadyuvaron a que en José se produjera una toma de conciencia patriótica, que lo llevó a asumir su condición americana y a enrolarse en el ejército libertador de José de San Martín. Con él cruzó los Andes en 1817 y combatió en las batallas de Chacabuco y Maipú, que sellaron la independencia de Chile. En agosto de 1820 formó parte del ejército argentino–chileno que salió de Valparaíso para independizar al Perú y desembarcó en Huacho, al norte de Lima, y luego en Ancón, cerca de esta ciudad.

Hasta ahí llegó la misión guayaquileña encargada de solicitar la ayuda militar de San Martín. Entonces, recordando los diez años que vivió en Guayaquil, el coronel de Estado Mayor don José García y Zaldúa, comandante de Caballería, se ofreció como voluntario para integrar esa misión libertadora, llegando al puerto a fines de noviembre.

Para entonces, las fuerzas patriotas de Guayaquil ya habían abierto campaña sobre la Sierra, obteniendo el triunfo de Camino Real, en el camino de salida a Guaranda, el 9 de noviembre, y la grave derrota de Huachi, en el callejón interandino, el 22 de noviembre, donde tuvieron más de 500 muertos y heridos. En tal circunstancia, el coronel García fue enviado a la Sierra, al mando de una tropa de 200 hombres, con la misión de asegurar el altiplano de Guaranda y evitar el avance de los realistas contra Guayaquil. García tomó San Miguel, Chimbo y Guaranda y estaba en plan de asegurar toda el área cuando fue emboscado por una fuerza combinada de tropas españolas y milicias realistas dirigidas por el cura Javier Benavides, el 3 de enero de 1821. Los patriotas pelearon bizarramente, pero solo logró escapar con vida un pequeño núcleo, dirigido por el teniente Abdón Calderón, futuro héroe de Pichincha.

Capturado por los realistas, el coronel García fue juzgado sumariamente y fusilado al día siguiente en Guaranda. Su cabeza y sus manos fueron cortadas y trasladadas a Quito, para ser colocadas en una jaula de hierro, a la entrada de la ciudad, como escarmiento a los insurgentes.


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