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El modelo Guardiola

El modelo Guardiola

lunes 10 de mayo de 2010, 00:33h

   El fútbol, como la política, tiene mucho de espectáculo, pero, a pesar de algunas cosas, tiene mucho más de juego noble y apasionante que la política de juego limpio y atractivo. La Liga mantiene vivo el interés hasta el último minuto. El Barcelona la tiene cerca, pero el Madrid está peleando hasta el límite y, sorprendentemente, noventa y ocho puntos y más de cien goles pueden no servir para ganar la Liga. El Barcelona ha hecho lo que debía y el Madrid también. Los dos clubes tienen dos grandes equipos, modelos muy diferentes de juego y dos entrenadores muy distintos, pero que se respetan -ya podían aprender los políticos- y que están haciendo todo lo que pueden por el éxito de una de las mejores Ligas del mundo.

  Sólo veo dos semejanzas entre la Liga y la política española actual: que ambas son cosa de dos y que el Barça y el Madrid, como España, han fracasado esta temporada en Europa. Fuera del Madrid y del Barcelona, los restantes equipos van d*e comparsas. En política, los sindicatos, la patronal y los otros partidos juegan, como los demás en la primera división, "otra liga". Luchan por ser terceros, por tener un papel de actores secundarios, nada más. Si me apuran, al menos en algún caso, parece que simplemente quieren que el tinglado no se venga abajo. Pero hay, también, muchas diferencias. El fútbol es un deporte de equipo, pero Messi o Ronaldo pueden resolver ellos solos un partido, aunque eso no baste para ganar una Liga. En política, sin equipo, sin proyecto y sin un objetivo claro, se pueden ganar, incluso, muchos partidos, pero siempre se acaba perdiendo la Liga. 

   Tal vez el error de Pellegrini, si finalmente no logra desbancar al Barcelona, será algo que en política siempre da réditos: haber jugado sólo por el centro. Pero el éxito de Guardiola se debe a que tiene un modelo -todo lo contrario que el Gobierno y, posiblemente, que la oposición-, unos objetivos, el sistema se impone sobre los jugadores y no se resiente si en lugar de Ibrahimovic juega Bojan. Este entrenador no especula ni echa la culpa a nadie ni a nada.

   Ciento un goles, el Madrid. Ya quisiera Rajoy. Sólo veinticuatro goles en contra, el Barcelona. Ya quisiera Zapatero. Ganará el Barcelona o ganara el Madrid, pero, con ambos el espectáculo está garantizado. En política también está garantizado "el espectáculo". La diferencia es que, en el fútbol, las consecuencias de los errores las pagan los entrenadores o los futbolistas, no los socios. En política, cuando se pierde la Liga y se está cerca del descenso, pagan siempre los socios. Es decir los ciudadanos. ¿Dónde se puede encontrar un Guardiola o un Pellegrini para la política? Por favor.   

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