La primera edil --que visitó las dependencias acompañada, entre otros, por la secretaria autonómica de Cultura,
Concha Gómez, la concejala de Cultura,
María José Alcón, el rector de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV),
Juan Juliá, o la directora del Ivacor,
Carmen Pérez-- recalcó que las Torres de Quart "
van a estar permanentemente abiertas y van a ser visitables desde ya mismo para que puedan ser recorridas y reconocidas por los ciudadanos".
Barberá agregó que "creo que este monumento estaba como escondido, no puesto en valor y gracias a esta intervención magnífica hoy luce en todo su esplendor y dimensión histórica". Por ello, "quedará abierto permanentemente", insistió Barberá, que puntualizó que "poco a poco iremos llenando de contenido el proyecto museístico".
De la actuación, la alcaldesa puso el acento en que "se ha encontrado el color ocre exacto que tenían las Torres en el momento de su construcción", además de localizar "una serie de hallazgos e inscripciones, como una corona del siglo XV, de gran importancia".
Rita Barberá calificó las Torres de Quart como "uno de los monumentos de los más emblemáticos y definitorios de la historia de nuestra sociedad" y destacó la "ingente labor" que ha realizado el Consistorio en la recuperación de patrimonio con "casi 60 intervenciones en estos años, que están poniendo en todo su valor y belleza tanto los grandes monumentos como las pequeñas alquerías, desde la Lonja a las Torres de Serranos, pasando por las Torres de Quart", repasó.
En esta línea, aseguró que "cada día añadimos algo nuevo o algo antiguo, pero siempre bello, a la ciudad de Valencia para que sea aún más objeto de mayor atractivo". Para la alcaldesa, "Valencia ha sabido conjugar su vanguardia arquitectónica con la recuperación de su patrimonio y hoy está frente al orgullo de modernidad de la ciudad de Calatrava, de Foster o de Chippirfield pero también frente al orgullo recuperado de otros autores como Pere Compte".
Por su parte, el profesor de la Universidad Politécnica de Valencia y codirector de la obra, Manuel Ruiz, explicó que la tarea más complicada de todo el plan de actuación ha sido la consolidación del revoco que recae a la calle Guillén de Castro, ya que ha supuesto la "consolidación de centenares de metros cuadrados de revestimiento exterior que estaban en muchos casos a punto de caerse y que tuvimos que asegurar con agua de cal y, a veces, con cal añeja inyectada con jeringuillas", relató.
Interrogado por el mantenimiento que a partir de ahora deberá tener el monumento, Ruiz subrayó que "tiene que ser continuo, puesto que el hecho de recuperar un edificio no implica que queden 500 años más sin mantenerlo", advirtió.
El experto añadió que "esto supone llevarlo a cabo con un período máximo de 10 años porque los productos que hemos aplicado en la consolidación y la hidrofugación que se ha dado al todo el paramento --para que los muros no absorban el agua de la lluvia-- tienen una duración de entre cinco y diez años y si no se mantienen volverá a filtrase el agua y por tanto aparecerán las humedades".
Respecto a los restos que se conservan de la muralla cristiana, Ruiz comentó "hay un trozo muy pequeño en la escalinata, con restos incluso de color original, que se han dejado a la vista".
El especialista aseguró que, después de las obras, las Torres son "visitables en su integridad, desde la planta baja a la cubierta", ya que en este último nivel se ha llevado a cabo un "cambio radical sustituyendo todo el pavimento que estaba en muy mala situación", dijo.
Sobre los hallazgos militares que ha desvelado la intervención, el director del Museo Histórico-Militar de Valencia, coronel Ángel M. Adán, que asesorado los trabajos, explicó que han sido escasos ya que se cree que la mayoría de ellos fueron eliminados en la restauración de los años 60.
Bolaño histórico
No obstante, destacó que "se ha encontrado un bolaño completo introducido en uno de los impactos que se ven en las Torres, del que se ha determinado su composición química y metalúrgica y hemos averiguado que su calibre es de 8 pulgada". La importancia de ese elemento "radica en su antigüedad, 200 años, y nos confirma qué tipo de ataque se realizó el 28 de junio de 1808, en una batalla entre valencianos y franceses".
El Portal de Quart constituye junto al de Serranos el principal testimonio de los restos de una ciudad amurallada, como lo fue la Valencia medieval. Las obras, comenzadas en 1441, se extendieron hasta 1460 y en ellas intervinieron importantes maestros valencianos, destacando en el arte de la piedra picada Francesc Baldomar, Pere Compte y Pere Bofill. En 1931, esta construcción fue declarada Monumento Nacional.
Los trabajos de limpieza y mantenimiento de las Torres de Quart han sido ejecutados por la firma Cleop, adjudicataria del concurso público efectuado en su momento, que ofreció una rebaja del presupuesto de actuación del 20% sobre la base de licitación.
El presupuesto de la actuación ha ascendido a 1.416.460 euros, que se suma al coste de la redacción del proyecto, acometida por la Universidad Politécnica de Valencia en virtud del convenio de colaboración 'Estudio y diagnosis de la patología de las Torres del Portal de Quart y su proyecto de ejecución y dirección de las obras de limpieza, restauración y conservación'. El importe del citado convenio ascendió a 369.285 euros.