Los tenistas jugaban el partido más largo de la historia en un torneo de Gran Slam sumando diez horas de juego, con lo que batieron todos los récords anteriores.
Los dos tenistas estaban empatados 59-59 en el quinto set en un partido que había sido interrumpido el martes tras dos sets (4-6, 6-3, 7-6, 6-7) también por falta de luz.
El anterior récord del partido más largo de la historia lo habían conseguido los franceses Arnaud Clément y Fabrice Santoro, con un total de 06h33 de juego, en la edición 2004 de Roland Garros.