www.diariocritico.com

Interesante encierro de Guadaira y buen nivel de Mota y De Justo

Puerta Grande para un novillero grande: Pepe Moral

Puerta Grande para un novillero grande: Pepe Moral

Novillos de GUADAIRA,con trapío, casta y fuerza, aunque mansos. EMILIO DE JUSTO: ovación; silencio. PÉREZ MOTA: vuelta; silencio. PEPE MORAL: oreja; oreja. Salió a hombros. Las Ventas. 14 de mayo. 5ª de feria. Casi lleno.

martes 15 de mayo de 2007, 00:10h
Un novillero ha causado la mayor sensación en lo que va de abono y será difícil olvidar las excelencias de su toreo y la entrega y pasión con que se hizo el máximo protagonista de la tarde, amén de salir a hombros. Pepe Moral se llama, tomen nota.
Vídeo del festejo. Cortesía de Taurodelta-
Un torerazo y olé. Es la mejor definición para Pepe Moral, que más allá de descerrojar la Puerta Grande, con ser importantísimo,  consiguió algo todavía de mayor calado: impresionar  a la cátedra, muchos de cuyos aficionados salieron toreando calle Alcalá arriba y abajo en imitación -mala, por supuesto- de lo que habían tenido la fortuna de presenciar.

Porque el sevillano, que ya gustó mucho en su presentación el pasado día 25 de marzo, dio toda una enorme lección -de obligada exhibición, en vídeo, en las escuelas de tauromaquia- de cómo hay que venir a Madrid si se quiere triunfar de verdad de verdad de la buena.

Y las armas son dos. Entrega a tope -Moral viajó hasta la puerta de chiqueros para recibir a sus dos bicornes-, ganas de comerse al mundo, pasión en todo lo que se cascabelea. Y toreo a tope con percal -verónicas meciendo el ritmo de la embestida, delantales, gaoneras, medias barroquísimas, chicuelinas- y flámula -naturales y redondos largos y profundos como la mar océana, pases de pecho que eran monumentos escultóricos y una sinfonía de ayudados plenos de belleza e inspiración-.

Sobre todo ello, amén de tirarse a matar a morir -y valga la figura literaria-, flambeado de una pasión y unas ganas de comerse el mundo, de una ilusión y un derroche de torería como hacía lustros que no  presenciábamos en Las Ventas. Y no sabemos cuánto se tardará en repetir el sueño.

Aunque Moral 'tapó' y eclipsó a sus compañeros, los más que placeados y próximos a la alternativa Emilio de Justo y Pérez Mota, es justo y necesario destacar que  su nivel fue bueno y gustaron mucho. Incluso habrían calado más y hasta cortado algo en otra tarde. Pero sus buenas labores quedaban casi nimias comparadas con las de Moral.

También se merece destacar el encierro de Guadaira, que a pesar de mansear y mucho en el caballo, tenían el denominador común de la casta y la movilidad, amén de la fuerza que hizo que en ningún momento rodaran por los suelos. Además, dos de ellos, tercero y sexto, cayeron en las manos del mejor novillero actual, lo que no sólo fue un honor, sino una suerte para que parecieran extraordinarios.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios