jueves 17 de mayo de 2007, 13:53h
El presidente del Gobierno se ha quejado en Las Cortes de que esta es la primera vez que un líder de la oposición utiliza electoralmente el terrorismo para atacar al Ejecutivo en época de campaña, dolido como está porque Rajoy no deje pasar un día sin recordar la presencia de Batasuna, disfrazada de ANV, en las municipales. Rajoy, que con frecuencia peca de prudente, se lo ha dejado pasar, pero no hay que remontarse a mucho tiempo, ni siquiera años, para echar por tierra el argumento de Zapatero.
Es solo cuestión de días. Los días que han transcurrido desde que el PSOE colocó en su página web su vío electoral que comienza culpando al PP de los bombazos del 11-M, en plan de mostrar dramáticas escenas de aquellos atentados uniendo la explosión a la cuestión de la guerra de Irak y la postura de Aznar ante la misma.
Si nos remontamos algo atrás, poco más de tres años, nos viene a la memoria, quién lo podría olvidar, la utilización electoral que el PSOE hizo de la masacre. Sus acusaciones, demostradamente infundadas, de que el Gobierno de Aznar estaba mintiendo a la gente; sus convocatorias, a veces desde teléfonos móviles oficiales, de manifestaciones ante las sedes del PP, ¿es que acaso no constituyen una forma de hacer electoralismo, incluso el Día de Reflexión, con unos atentados terroristas? No hay más respuesta que el sí, e incluso la constancia de que el propio Zapatero participó en la operación. Como hemos sabido recientemente, el entonces aspirante a presidente llamó personalmente a varios directores de periódicos de Madrid a anunciarles que en los trenes de la muerte se habían encontrado cadáveres de terroristas suicidas, una información que nunca se planteó ni como hipótesis entre los investigadores policiales de la masacre. Y de la que, por cierto, Zapatero jamás se disculpó.
Pero como siempre hay una primera vez, en esta campaña tenemos, por primera vez, un ataque político a base de airear un tema sentimental. El autor de la primera vez, el socialista Miguel Sebastián, ha culpado ante las cámaras de televisión al alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, a quien quiere desbancar, de mantener una relación personal con una mujer implicada en el "Caso Malaya". ¿Es que ha llegado el momento de que en España se aireen los trapos personales de los candidatos? No parece. Es que hay partidos que se las arreglan para sentar precedentes de juego sucio con tal de rascar unos votos. Aunque sea a base de sentar precedentes de primera vez. Aunque sea jugando con todo.