El PP ha cogido carrerilla y ha presentado una nueva denuncia contra los responsables de la Oficina Económica de Zapatero, el vicepresidente de la CNMV y la directora general del Tesoro. Esta vez ha sido en los juzgados de Plaza de Castilla. Los delitos que presuntamente habrían cometido van desde el tráfico de influencias a la prevaricación, pasando por el cohecho, la infidelidad en la custodia de documentos, la violación de secretos o la información privilegiada. La denuncia apela a que se permitió que Enel y Acciona interfirieran en la opa de E.On sobre Endesa; las dádivas de Arenillas a cambio de favores y la investigación al BBVA.
En este caso, el PP ha solicitado documentos a la CNMV, llamadas telefónicas desde la CNMV a Moncloa y viceversa entre los meses de marzo y abril pasados, registros de visitas de la CNMV, la vida laboral del vicepresidente del organismo supervisor, el contrato del hermano de Arenillas con Vega y la factura de la ya famosa cena de Zalacain. Además, el PP solicita que se llame a declarar a Manuel Conthe, a Julio Segura, presidente de la CNMV, al hermano de Arenillas y al director de Vega.
Veremos qué ocurre tanto con esta denuncia como con la ya presentada ante la Fiscalía Anticorrupción, pero lo que está claro es que después de las declaraciones que arroparon la dimisión de Conthe se ha abierto un melón de oscuro final, porque todo el mundo tiene la sensación de que no está contado todo lo que ha pasado en esa oficina de ZP y en la CNMV en estos tres años. La clave para este argumento está en Conthe que advirtió de la teoría de la cucaracha "cuando aparece una, es que hay más". Echo en falta en la denuncia del PP todo lo que tiene que ver con la gestora de Arenillas que dirigió hasta seis meses después de ser nombrado segundo de la CNMV.
En todo caso, resulta increíble que Arenillas siga en su puesto y más todavía que Sebastián pueda seguir siendo candidato y se permita lanzar insinuaciones sobre la vida profesional y privada de su oponente Gallardón. Precisamente tanta visita a Urbanismo demuestra que mucha mano no tenía la señorita Corulla. Aunque para visitas las que recibía todos los días y a todas horas Sebastián en su despacho o fuera de él. Tiene la oportunidad de proporcionar los listados, cosa que hasta ahora se ha negado a hacer.
Hay que tener mucha cara para sabiendo lo que ya sabemos pueda convencer a alguien de que gestionará medianamente bien un ayuntamiento o cualquier cosa que le encargaran. No digamos ya el Ministerio de Economía. La investigación debe continuar. Está en juego el prestigio de la CNMV, la imagen de España en el exterior y sobre todo la credibilidad de la clase política.