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Este nuevo Gobierno tiene cosas buenas y no tanto…

Este nuevo Gobierno tiene cosas buenas y no tanto…

viernes 22 de octubre de 2010, 12:51h
Estamos, aún, en jornadas de reflexión sobre el nuevo Gobierno, una sorpresa anunciada y, sin embargo, hasta última hora desmentida por Zapatero, a quien ya vemos que le encanta sorprender a los periodistas que le siguen por esos mundos de Dios. Y, reflexionando, reflexionando, me digo que hay cosas en la resolución de esta crisis que, hombre, no están tan, tan mal, aunque ya comprendo que ahora la tónica es negar a ZP el pan y la sal, haga lo que haga, que sin duda mucho es negativo.

Pero todo a su tiempo, que primero ha de venir lo positivo. Por ejemplo, el ascenso de Alfredo Pérez Rubalcaba, un ascenso que no es sino el reconocimiento del papel que, de hecho, ya ocupaba en el Gabinete. El ministro del Interior, vicepresidente primero y portavoz se ha deshecho de María Teresa Fernández de la Vega, con quien no siempre estuvo cómodo, ha mantenido a su ‘designada’, la vicepresidenta segunda y superministra de Economía, se ha traído a Presidencia a otro veterano de todas-las-guerras (como él), Ramón Jáuregui, y ha protagonizado los titulares y las fotografías del recambio mucho más que Zapatero.

Es como si ZP estuviese ya casi amortizado, por mucho que los palmeros insistan en que le queda mucho recorrido. Algún diputado socialista amigo me ha reprochado que diga (y escriba) que el presidente va de retirada, y que lo que hizo este miércoles es el primer paso hacia una sucesión pactada, independientemente de que luego salga o no salga la operación en marcha.  Y, sin embargo, me parece que eso es exactamente lo que ha ocurrido: que a Rubalcaba, capaz, infatigable, serpenteante, no siempre muy leal con los amigos, pero tampoco implacable con los enemigos, le han situado en primera línea sucesoria. Y eso, una vez sopesados virtudes e inconvenientes, me parece que es básicamente bueno.

Sobre todo, si tenemos en cuenta que Zapatero está dando muestras de un cierto desfondamiento y que, si volviese a presentarse, sería para perder, lo que ni le conviene (por mucho que insista en complacerse en su ‘inmolación’) ni, menos aún, conviene a su partido, que, lógicamente, no quiere salir al campo para perder de antemano. 

El regreso de los veteranos (Rabalcaba nunca se fue, pero sí Jáuregui y Marcelino Iglesias, colocado este último en lugar preferente en los sitiales decisorios de su partido) es muestra de sensatez, como señal de levedad política, en cambio, fue el desprecio inicial de Zapatero hacia sus mayores. Puede que no muchos quieran admitirlo, pero lo cierto es que ZP ha dado un giro casi completo en estos seis años de mandato: en lo económico, forzado por el exterior; en lo social, porque no le queda más remedio; en lo internacional, y ahí tenemos el actual entusiasmo por mantener las tropas en Afganistán; en su concepción de partido, porque la reserva espiritual estaba en la experiencia…Incluso, compare usted las fotografías, está cambiando su ‘look’, más maduro, aunque menos simpático y atractivo. Lástima que las mejoras lleguen cuando su descalabro es ya imparable.

Claro que restan aún muestras del ‘viejo Zapatero’. Vea usted, sin ir más lejos, cómo despachó con una mentira inocultable a mis compañeros en el mítin del pasado domingo en Ponferrada, adonde acudieron para escuchar al presidente que no haría otro cambio en su elenco ministerial que el del titular de Trabajo, y transmitir tamaña trola a sus medios. O vea usted cómo ha resuelto la sustitución en Exteriores, un Ministerio a cuyo jefe le prometió mantenerle durante toda la Legislatura, hasta el punto de que acaban de cambiar todos los ‘segundos escalones’ del Departamento.

El conflicto de la nueva ministra, jefa de la diplomacia, con esos recién llegados altos cargos puede estar servido. Como el del nuevo ministro de Trabajo con unos sindicatos con los que, pese a todas sus fotos de manifestante, tendrá que enfrentarse si cada cual ha de jugar su papel. O vea usted cómo ha quitado ZP a  Leire Pajín de la dirección del PSOE…para darle nada menos que el Ministerio de Sanidad, se lo juro aunque no se lo crea. Claro, por todo eso afirmo que también esta remodelación tiene un aire negativo. Por eso, y por no haber tocado la estructura económica, y por mantener aún algunos lastres en las poltronas…

Pero, en fin, ya digo que, con todo sumado (y restado), a este nuevo Gobierno, que tomaba posesión en la tarde de este jueves, yo le daría un aprobado. Raspado, pero aprobado.
 

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