La salud frágil de un dirigente que estaba en cúspide del poder

El ex presidente presentaba complicaciones arteriales y en 2004 fue internado por su colon irritable. A pesar de que los médicos le recomendaban un mayor reposo, nunca dejo de vivir la política en forma intensa.

Antes de la última complicación cardiaca que habría de concluir con su vida, Néstor Kirchner ya había sido hospitalizado dos veces en el marco del último año. Primero el 7 de febrero había sido operado de urgencia en la carótida, horas antes había sentido falta de sensibilidad en su brazo y pierna izquierdos, fue intervenido y le removieron una placa ulcerada de la arteria.

La segunda advertencia llegaría el 11 de Septiembre cuando fue internado en la clínica Los Arcos de Palermo luego de sentir un fuerte dolor en el pecho en la quinta de Olivos. En el sanatorio porteño le realizaron una angioplastia con la colocación de un "stent" en una arteria coronaria que se encontraba obstruida.

Luego de esta segunda intervención la recomendación médica indicaba reposo, pero lo cierto es que a los tres días Kirchner se encontraba en el escenario del Luna Park en el acto de la juventud.

A pesar de que en sus últimos años había atenuado sus hábitos más perjudiciales como fumar o beber whisky, el ex presidente llevaba una vida frenética en lo que a su agenda se refiere. Cuando aún estaba en el ejecutivo, en abril de 2004, ya había sido internado en Santa Cruz a causa de su colon irritable, una enfermedad que el ex mandatario padece desde siempre.