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LA COMUNIDAD DE MURCIA NO PASA EL EXAMEN DE SOLVENCIA ECONÓMICA

LA COMUNIDAD DE MURCIA NO PASA EL EXAMEN DE SOLVENCIA ECONÓMICA

jueves 25 de noviembre de 2010, 20:18h

La Consejera de Economía y Hacienda se vino ayer con un suspenso del Ministerio de Economía al no haber apreciado este un compromiso de solvencia claro del gobierno murciano para que se le pueda autorizar un nuevo endeudamiento.

Algo que por otra parte, nos temíamos que podría suceder en medio de tanto engolamiento, autobombo, unido al desprecio de lo ajeno; en lo que supone una torpe y desleal toma de posición ante una de las crisis económicas más duras que nos ha tocado vivir, y donde el PP niega el "pan y la sal" al adversario político, en vez de ponerse de su lado para sacar adelante el país de esta tremenda crisis, y al mismo tiempo se permite dar consejos y recetas mágicas que sólo ellos sabrían poner en práctica –en un claro y tendencioso discurso electoralista, para engaño de incautos-. Pero todo ese falaz discurso, toda esa puesta en escena, se desmorona en la primera confrontación, como ha sido el caso que el Ministerio de Economía haya tenido que dar un suspenso a las pretensiones de endeudamiento del gobierno de Valcárcel. Que parece hacer suyo el slogan de "antes muerto que sencillo…"

Pero al compartir gobernanza territorial, se pone de manifiesto que "hechos son amores y no buenas razones". Que hay que actuar con algo más que palabrería, y retórica electoralista.

La Comunidad Autónoma de Murcia con la tremenda crisis económica que se está viviendo, tiene una difícil posición estructural ante el resto de las Comunidades, pues no tiene tejido industrial, se le ha desmoronado el sector del ladrillo, y el paro es elevadísimo, ya que no hay apenas iniciativas empresariales que "tiren del carro" de la economía regional, siendo además una de las regiones de mayor índice de fraude fiscal y dinero negro del país. Por consiguiente, es natural que las arcas públicas regionales estén padeciendo una considerable reducción. Si bien esta no va acompasada con medidas de reducción del gasto público regional, pues más allá de las ampulosas declaraciones del presidente murciano sobre la reducción de altos cargos, que apenas llegó al 3% de los mismos, además que estos fueron recolocados. No existe un control eficaz del gasto público. Y además han crecido como hongos –en los últimos años- los Organismos Autónomos, Entes y Empresas Públicas –quizá con el fin de sustraerse al control del gasto público, aunque eso sea meramente un autoengaño- la mayoría de ellos desbordados en sus presupuestos y gasto, apenas sin control. Así los casos de Gimcarsa que paga altos sueldos a sus directivos – altos funcionarios regionales de confianza política reconvertidos en empresarios públicos- que además no han justificado adecuadamente la bondad de esta fórmula de gestión pública.

Y eso sin contar con el "mastodonte de la deuda" el Servicio Murciano de Salud que con más de 8oo millones de euros de deuda, tiene una difícil tarea de ajuste por delante, que mucho nos tememos sea a costa de usuarios y trabajadores.

Así dado que los proyectos de ajuste han sido meramente circunstanciales, al final no han tenido más remedio que pegar un recorte al gasto social, con la consiguiente contestación de los colectivos afectados, pero nadie ha cuestionado gastos tan prescindibles como los culturales, entre los que destaca por su magnitud e inadecuación el de la campaña "non typical", la reducción del gasto corriente, o el aplazamiento de proyectos no perentorios como el Aeropuerto de Corvera, o el sostenimiento de la televisión autonómica que nos cuesta un dineral a los murcianos, cuando tenemos a nuestro alcance infinidad de cadenas de radio y televisión privadas que no nos cuestan un euro. O incluso ¿por qué se asume precisamente ahora las transferencias de justicia?, ya que nadie las demandaba, y tampoco parece que vaya a aportarnos nada nuevo.

Con todo, dado que suponemos que ninguno de estos consejos –comúnmente sentidos por la ciudadanía responsable- serán asumidos por razonables que sean, al menos deberían de serlo por coherencia con el discurso oficial del PP nacional con el que se postula como alternativa de gobierno, defendiendo máxima austeridad en el gasto, y reducción de deuda entre otras cosas. Que naturalmente es el camino opuesto del que pretende recorrer sus homólogos murcianos.

Además resulta curiosa la diferente reacción del otro gobierno al que no se le ha autorizado el endeudamiento que solicitaba, el castellano manchego, que ha asumido la situación y opta por una mayor reducción del gasto en vez de generar nueva deuda, como pretende el gobierno murciano, además con una inflexibilidad impropia de cualquier talante democrático y razonable. Lo que parece mostrar no sólo que no ha hecho previamente sus deberes de ajustes económicos, sino que además no tiene tampoco un plan B para esta excepcional situación, algo que realmente puede llegar a ser gravemente lesivo para los intereses de los murcianos.

 

EL MIRAVETE

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