Papeles cambiados

La grave crisis económica ha propiciado un cambio de papeles en la celebración de la XX Cumbre Iberoamericana de Mar del Plata. Los gobiernos español y portugués acuden con la espada de Damocles sobre sus cabezas debido a la gran presión de los mercados que colocan a ambos países en el punto de mira de un rescate financiero por parte de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional debido a su elevada deuda y las dificultades para afrontarla.

Enfrente, los países iberoamericanos que han vivido siempre en crisis permanente gozan de una situación mejor de crecimiento económico durante los últimos años y han logrado capear la crisis en mejores condiciones. Un ejemplo, es la anfitriona Argentina que desde el corralito de 2001 ha experimentado en los últimos siete años una senda de crecimiento ininterrumpido, una notable disminución de la pobreza y una tasa de paro del 7,8%. José Luis Rodríguez Zapatero y José Sócrates podrán explicar a los dirigentes iberoamericanos los pormenores de una situación muy complicada para sus gobiernos y para sus ciudadanos con la necesidad de aplicar reformas estructurales para poder reducir el déficit, afrontar el endeudamiento, superar el enorme agujero inmobiliario y conseguir el crecimiento económico suficiente para la creación de empleo, que en el caso español constituye un gran lastre y que evidencia una economía paralizada, sin confianza de los mercados internacionales ni de los ciudadanos que tiene paralizado el consumo y la demanda interna.

En América Latina, uno de los factores diferenciales de los últimos años es la irrupción de las inversiones chinas en los sectores de las materias primas, alimentos y recursos energéticos. La cifra que se baraja oficialmente supera los 100.000 millones de dólares y representa para muchos países agrícolas un seguro para su actividad económica que se proyecta en su progreso social