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Auriculares en el senado

miércoles 19 de enero de 2011, 08:29h
Fue noticia relevante en la tarde de este martes el estreno en el Senado, o Cámara Alta -también denominada en múltiples ocasiones como cámara tonta, inútil, de segunda lectura, etc- de auriculares para sus señorías. ¿Había algún invitado especial, algún jefe del Estado extranjero al que debiera escucharse? No, ni mucho menos.  Hemos estrenado la nueva era multilingüe del senado, y el catalán ha pasado a ser la lengua estelar que sus señorías escuchan a placer en traducción simultánea...

Para la historia habrá quedado ya el dato: El socialista Ramón Aleu inauguró esta nueva era multilingüe en la Cámara Alta utilizando el catalán. Sus señorías se ajustaron los 'pinganillos', -un término nuevo a incorporar al lenguaje político-,  y los traductores se pusieron manos a la obra. En adelante, los discursos de los senadores ya pueden pronunciarse en catalán, euskera, gallego o valenciano en los plenos. Argumento a favor: Si los ciudadanos hablan corrientemente en esas lenguas locales y cooficiales, ¿por qué no habrían de hacerlo sus representantes en las Cámaras legislativas.

Argumento en contra: el lujo tiene un un coste: doce mil euros de gasto por sesión, y 350.000 euros anuales, como gasto  de auriculares, técnicos y traductores. Hay otras particularidades a anotar, por ejemplo, que las llamadas de atención del presidente reclamando silencio continúan siendo en castellano. O que el PP ha sido el único grupo del Senado que ha renunciado, siquiera de momento, al empleo de las lenguas cooficiales en el debate de este lunes, que versaba sobre el fracaso escolar, ya que ha preferido recurrir al castellano para exponer su punto de vista sobre un asunto que afecta a todos los ciudadanos. María Jesús Sáinz, gallega de nacimiento, en vez de expresarse en gallego, lengua que conoce pues como maestra ha impartido clases en ella, optó por el castellano para defender la posición del PP en un asunto, la educación y el fracaso escolar, que atañe a todos, según sus palabras. Los senadores de su grupo reaccionaron con sonoros aplausos, mientras los parlamentarios de los demás grupos gesticulaban en desacuerdo con Sáinz. Los senadores pudieron seguir las intervenciones gracias a un sistema de traducción simultánea y pinganillos instalados en sus escaños. Y también tuvieron que recurrir al pinganillo los taquígrafos, quienes no han transcrito directamente las alocuciones del orador, sino las versiones de los intérpretes, algo que no les ha gustado.

Como señalaba unas líneas más arriba, el socialista Ramon Aleu fue el primero  en dirigirse a sus compañeros parlamentarios en catalán para defender la moción de su grupo, la Entesa. Lo cierto es que las palabras de Aleu causaron más indiferencia que atención, y la mayoría de los senadores del PP y del PSOE obviaron el uso del pinganillo. No sucedió lo mismo cuanto intervino la senadora del PNV Miren Leanizbarrutia. Más que hablar del fracaso escolar, la senadora hizo una defensa del euskera, rindió homenaje a quienes lucharon por su preservación y  denunció "la persecución política" que "hasta hace poco" han sufrido quienes promovieron el uso del vasco.

Sorprendentemente, en un momento de su intervención la senadora dijo unas frases en gallego y los traductores, ante el repentino cambio, sólo llegaron a interpretar las últimas palabras en ésta última lengua. Otro participantes en el debate fue el senador del BNG José Manuel Pérez Bouzá, quien recriminó en gallego la "extraña manera" de comportarse de las dos senadoras del PP de Galicia que habían hablado en castellano, cometiendo, en su opinión, una "falta de respeto" Pérez Bouzá aseguró que  hay "enemigos" de las lenguas cooficiales dentro y fuera del Parlamento, y deseó "larga vida" a esas lenguas cooficiales, al igual que al castellano, pero siempre en posición de "igualdad de condiciones" con ellas. Otro participante, el senador socialista Juan Bautista Cardona, de Castellón, 'estrenó' el valenciano en la Cámara Alta.

En fin, que a partir de ahora, el pleno del Senado debatirá algunas mociones en lenguas cooficiales, para lo que la Cámara dispondrá generalmente de siete traductores: dos para el euskara, dos para el gallego y tres para el catalán y el valenciano, una novedad que suscitó las mayores atenciones de los senadores en los pasillos. Muchos celebraron la medida, frente al PP, que reiteraba que no es algo necesario, especialmente en un momento de crisis. El vicepresidente tercero y ministro de Política Territorial, Manuel Chaves, destacaba que en una Cámara que aspira a ser de representación territorial es "correcto" que se puedan utilizar las lenguas cooficiales y añadió que el gasto que supone es "una ínfima cantidad".

¿A usted qué le parece el “invento” y la novedad? Claro que  tiene un coste, pero si se quieren promover y potenciar las lenguas cooficiales, ¿qué menos que se empleen en la Cámara de Representación Territorial? O así...
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