Chencho pide una condecoración

La cadena COPE celebra el 50 aniversario de su emisora en León y con tal motivo su programa matinal 'Así son las mañanas', que conduce el periodista burgalés Ernesto Sáenz de Buruaga, se realizó ayer desde el Hostal San Marcos. Junto a contertulios habituales como Hermann Terstch y Chencho Arias, Buruaga invitó a la tertulia política de actualidad al alcalde, Francisco Fernández, y al director de Diario de León, Pablo Lago. Por teléfono fue entrevistado otro insigne leonés, el portavoz del grupo socialista en el Congreso y diputado por la provincia, José Antonio Alonso. Y no podía faltar la presencia, asimismo vía telefónica, del presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, quien, si bien no se prodiga nada en declaraciones a los medios de comunicación de la Comunidad, nunca falta a la cita cuando las estrellas radiofónicas trasladan su programa a algún lugar de Castilla y León.

El presidente Herrera tenía muy claros los mensajes que quería colocar y aunque Buruaga le preguntó por el acuerdo entre Gobierno, sindicatos y patronal sobre el futuro de las pensiones, tras pasar de puntillas por ese asunto acabó hablando de la política energética para reivindicar el futuro del carbón y la prórroga de la central de Garoña. Pero lo mejor vino cuando terció Chencho Arias para preguntar al presidente sobre los indicadores socio-económicos y el nivel educativo de la Comunidad. Lógicamente Herrera no desaprovechó el pase de gol servido por el ex diplomático, blandió los resultados del Informe PISA y colocó todo un slogan: “Castilla y León educa bien”.

Por si nadie se había percatado, el inefable Chencho quiso apostillar autorretratándose nítidamente. “Presidente, debería condecorarme. Le he dado la oportunidad de que se luzca”, dijo sin pudor alguno. No conoce el antiguo embajador los méritos contraídos, día sí día también, por la nutrida corte de aduladores que rodea a Juan Vicente Herrera dentro y fuera de la Junta. Y ninguno de ellos tiene la inmodestia de sentirse acreedor a una condecoración. Sin que ello signifique, claro, que la Junta y su presidente no les agradezcan debidamente los elogios y servicios prestados.