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El necio de Guadalmina

El necio de Guadalmina

domingo 13 de febrero de 2011, 11:49h

Siempre hay alguno que se cree más listo que los demás. Lo habréis visto en el metro y en el autobús: es el que se cuela sin pagar el billete. Por supuesto, alardea de sus gestas ante los amigotes que le jalean alborozados, "Ole tus webos, PepeUgenio".

Siempre hay algún necio que no entiende su necedad. Lo recordaréis de la escuela: era el que se fumaba las clases día sí día también. Por supuesto, acababa suspendiendo porque "el profe le tenía manía".

Siempre hay algún rebelde sin causa que cree que sus quebrantamientos son demostraciones de libertad. Lo hemos visto en la carretera: es el que se salta las normas y te ametralla a ráfagas de luz porque estás adelantando a un camión a 120 kms./hora y él va a 180. Por supuesto, cuando le multan y le retienen el coche se indigna y pone a caldo a la Guardia Civil y a la DGT porque "no entienden de coches".

Es terrible que a estas alturas de la vida haya que explicar algo tan básico como el respeto a la Ley. Y es que las leyes son para tod@s y ningún ciudadano es quien para saltártelas, menos aún para situarse por encima de ellas y, por tanto, de la sociedad por ellas regulada.

    Cuando las inundaciones de hace unos meses en Málaga, fue la Ley la que hizo que los bomberos achicaran el agua de tu calle sin dilaciones.

    Cuando te entraron en el local y te mangaron cuatro jamones y una caja de botellas de buen Rioja, fue la Ley la que te protegió de los manguis.

     Cuando aquel camionero aparcó en la acera impidiendo el paso de los clientes a tu Asador, fue la Ley la que reguló la retirada inmediata del vehículo.

La Ley, insensato, tiene valor por ser ley y no porque guste a unos más o menos. Dura lex, sed lex.

La Ley, dijo Pausanias hace como 2.400 años, debe reinar sobre los hombres y no los hombres sobre la ley. La Ley, dijo Montesquieu, es como la muerte: no puede hacer excepciones. La ley, dijo Montaigne, mantiene su crédito no por ser justa, sino por ser ley.

A unos no les gusta el ejército. ¿Deben dejar de pagar de sus impuestos un porcentaje igual al que el gobierno destina a los militares en sus presupuestos? A otros no les gustan los medicamentos ni a otros el alcohol ni a otros los coches fúnebres ni a otros circular por la derecha ni a otros detenerse en los semáforos en rojo ni a otros pagar en los restaurantes. ¿Propones acaso una legislación a medida de cada uno? Por favor, no contestes, es mera retórica.

Por último, queda la tontería de que los ingresos de tu local caerían si se aplicara la Ley. Querido, deberías aprender también matemáticas: el problema de la hostelería no es que se permita o no fumar -sería tanto como decir que se venden menos medicinas porque no se permite el uso del móvil en los centros de salud o que los hoteles tienen menos turistas debido a las normas de seguridad en los aeropuertos-, el problema tiene que ver con que en Málaga hay más bares y restaurantes que en toda Alemania y Holanda juntas. Es la Ley de la oferta y la demanda: a más puntos de oferta, menos demanda per cápita. Claro que a lo mejor también pretendes derogar esta Ley... pero ya te aviso, no es una ley parlamentaria.

La disminución de ingresos en la hostelería en estos días de 2011 tiene más que ver con la subida del precio del tabaco que con los cuatro afligidos por la prohibición que han decidido no ir a los bares: el fumador se ahorra el café porque se gasta el dinerito en tabaco. Es otra Ley que tiene que ver con los comportamientos sociológicos en tiempos de crisis. Tampoco es derogable, te informo.

En fin, demuestras poca sindéresis. Tu pulso al estado para ver quién la tiene más larga te va a costar 145.000 euros del ala, el cierre de tu local mientras no cumplas la ley y quién sabe cuánta salud para cuando todo esto acabe. Fue también Montaigne el que dijo que nadie está libre de decir tonterías; lo malo es decirlas con demasiado énfasis.

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