El nacionalismo catalán lleva en sus espaldas un enorme error: El de creer en las promesas del nacionalismo centralista español. Y consecuente con el error ha creído en la conveniencia de "hacer pedagogía" sobre la situación catalana con el fin de convencer a la imperial España de su erróneo totalitarismo y no tener que llegar a la ruptura independentista. ¿Esta leal manera de actuar ha servido para algo? Para nada. Se sigue diciendo que "los catalanes se llevan la pasta", "no hemos de ser menos". Catalunya ha buscado el consenso. España niega el consenso y mantiene el orgullo del ganador de la guerra, del sometimiento del territorio conquistado, del pensamiento único, y hasta, quizás, de la superioridad de la raza basada en la intransigencia y la sordera.
Es difícil poder entender por qué se quiere frenar la máquina de tren de la economía española. A veces hay motivos para pensar que hasta se hace con odio. Hay motivos para creer que algunos se apuntan a una España pobre y rota antes que consensuar un futuro fructífero manteniendo los derechos históricos de las naciones.
Se está deteriorando una posibilidad única de entendimiento con el nuevo gobierno de esta Catalunya que ha estado sometida desde 1714 y tiene la obligación de decir: "Basta". Cuando el gran caudillo califa murió en la cama había esperanzas y Catalunya creyó en la palabra de España, que una vez más mintió.
Ya sé, no me lo diga querido lector, que la situación es muy distinta, pero admiro a los tunecinos, a los egipcios y a los que puedan seguirles. Es posible que no les salga bien, es casi seguro. Pero lo habrán intentado y ¿aquí qué hacemos?:
Creímos en una Constitución transitoria, en su día, dado el rumor de sables del postfranquismo. Pero la situación sigue igual.
Creímos que la manifestación de "Llibertad, amnistia i estatut d’autonomia" sería valorada. Pero fue ahogada.
Creímos que la manifestación pro "Estatut" sería considerada. Pero se ha tomado a pitorreo.
Creímos siempre en el diálogo y nunca en el terrorismo. Y así nos va. Y que nadie se cabree por esta afirmación.
Queremos dejar de ser una colonia a expoliar. Queremos se nos dé vuelva lo que es nuestro. Estamos hartos de tanta falsa inconstitucionalidad, estamos hartos de sentencias constitucionales, estamos hartos del café para todos pero pagando nosotros la factura, estamos hartos de la confabulación contra nuestras cajas de ahorros (y de las multimillonarias ayudas a Caja Madrid), no confiamos en España, se nos acabó la paciencia. Se nos ha expoliado demasiado. ¿Vale?
Posiblemente debemos actuar ya, es perder el tiempo esperar al próximo gobierno que será aún peor. Será la plena derecha cavernícola. Sin sentido del diálogo. Manteniendo las distancias lógicas con situaciones no paralelas debemos aprender de los tunecinos y egipcios.
Es un mensaje para Artur Mas y su gobierno. Es el sentir de muchos catalanes, que quizás aún no son independentistas pero…
Si (
No(
