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Off the record - 25 junio 2007

Off the record - 25 junio 2007

lunes 25 de junio de 2007, 07:43h
LA CARA POCO OCULTA DEL CASO CAPRABO

Caprabo no funcionaba, era un secreto a voces. Los supermercados catalanes habían configurado un modelo de productos de cierta calidad, pero con mal funcionamiento de la atención al cliente y con demasiadas indecisiones, idas, vueltas y marchas atrás en los contenidos de sus centros, eso sí, por lo general bien ubicados.

En las circunstancias actuales de España todo se politiza, hasta los supermercados. La empresa catalana no podía ser adelante, buscaba comprador y ERC disparó todas las señales de alarma cuando se supo que Caprabo podía ir a manos castellanas. ¡Antes la ruina de los propietarios y el paro de los empleados que esa ignominia!

Al aragonés Carod y al andaluz Montilla se les ponían los pelos de punta de sólo pensar en semejante ignominia para su identidad nacional catalana. La única salida era “el eje”, en este caso, no el famoso eje Berlín-Roma sino un eje económico de Catalunya y Euskadi contra el odiado imperialismo español.

No porque comparta esas alucinaciones, sino por reflexivo pragmatismo, Josu Jon Imaz, el inteligente presidente del PNV, acudió a la sugerencia. Al fin y al cabo, la marca de supermercados vascos Eroski encuentra dificultades en varias partes de España, y no precisamente por productos y precios, sino por su percepción política que los gestores de Eroski no han querido eludir.

¿Qué mejor que otra marca para sortear en lo posible ese rechazo de los consumidores? La verdad es que luego hablamos de la Oficina Económica de Rodríguez Zapatero en La Moncloa, pero parece que el ejemplo cunde y que en este país, en cuanto te descuidas, emerge por todas partes el ansia de intervencionismo político sobre la actividad empresarial.

Al final del final han sido el PNV (Imaz), el PSC (Montilla) y ERC (Huguet) los que pactaron la compra de Caprabo, que los gestores de Eroski no ven nada clara en puros términos contables y comerciales. Pero se arreglará, vaya si se arreglará. Así está el país…

 

LA SITUACIÓN: ¿NEGOCIAR CON ETA O LUCHAR CONTRA ETA?

El núcleo duro del equipo de Rodríguez Zapatero ha decidido pisar el acelerador en el proceso de negociaciones con ETA. El presidente sigue convencido de que la “bipolarización” de la sociedad española, cuanto más radical mejor, le beneficia en términos electorales.

Dicho de otra manera, el actual aparato de Ferraz estima que los sectores moderados del PSOE sólo respaldarán la línea radical de Rodríguez Zapatero no por adhesión a la misma, sino por oposición al PP y para evitar que vuelva la derecha.

Nada nuevo bajo el sol. Es la vieja tesis, una y otra vez comprobada en los números, de que, partida mitad por mitad, la sociedad española está un poco más inclinada hacia la izquierda que hacia la derecha, en tanto, orientada hacia los espacios de consenso, es ligeramente superior el peso electoral del centroderecha que el del centroizquierda.

Tampoco tiene mucho misterio, porque se debe a que el centroderecha desplaza a la izquierda en capacidad de diálogo y pacto con los nacionalismos moderados. La excepción es Galicia, pero no faltan quienes opinan que una flexibilización del PP gallego permitiría abrir espacios de entendimiento con el BNG que, fundamentalismos verbales al margen, tampoco es precisamente un nacionalismo a lo serbio.

 

CAMBIA EL ESCENARIO POLÍTICO

El nuevo periódico “El Público” está llamado a ser una pieza fundamental de esa estrategia de Ferraz, una vez comprobado que el Grupo Prisa, aún volcándose en salvar la cara a Rodríguez Zapatero en las situaciones más comprometidas, no está dispuesto a seguirle ciegamente en la estrategia de radicalizar una bipolarización de la sociedad española.

No gustó nada, pero nada, en La Moncloa, la claridad con que Jesús Polanco –mirando, sin duda, a la línea de Alberto Ruiz-Gallardón, pero esa es otra cuestión– dijo a sus accionistas que le gustaría ver en la política una derecha moderna, europea y progresista a la que apoyar.

Así las cosas, las piezas se recolocan visiblemente en el tablero. Mariano Rajoy lo ha visto y ha definido una estrategia en la que no sólo Ruiz-Gallardón y Piqué se encuentran cómodos, sino que cada vez lo estarán más dirigentes del PP,

A medida que Rodríguez Zapatero, prisionero de lo que ya se va sabiendo –y falta lo más importante por saber– de sus largas e intensas negociaciones políticas con ETA, se desplaza más y más hacia el radicalismo, Rajoy se suaviza hacia la moderación. Se trata de bajar de los orgullosos riscos hacia las amplias llanuras donde acampan las mayorías electorales, para romper el actual “empate técnico” de PSOE y PP en las encuestas.

 

ETA MARCA LOS TIEMPOS

Ante la nueva posición de ETA hay dos líneas en la dirección socialista. Algunos, como Pérez Rubalcaba, opinan que aún se está a tiempo de volver a la lucha contra ETA y que, si se hace con claridad y eficacia, los ciudadanos olvidarán el lamentable e inmoral “proceso de paz”, esto es, la negociación política con ETA.

Otros, más afines a la línea de Rodríguez Zapatero, se reafirman en que no hay otra salida a la “cuestión vasca” que negociar con ETA. Son, como Eguiguren, los empecinados en la “solución irlandesa”.

El CNI no ve probable un atentado de grandes dimensiones y numerosas víctimas, ya sea en centros comerciales o nudos de comunicaciones, ni en un secuestro, de complejo e inseguro desarrollo. La atención está centrada en un “asesinato selectivo”. ¿Un líder social, un empresario, un periodista?

Cierto que La Moncloa ha diseñado una “opción B” por si ETA conmociona al país con una acción terrorista significativa, pero el presidente está convencido de que ETA tensionará la situación pero no romperá la cuerda.

 Rodríguez Zapatero confía ciegamente en que puede conseguir, antes de las elecciones generales de marzo, un “adiós a las armas”  con el que presentarse como el gran pacificador y arrollar en las urnas.  

UN PRECIO IMPOSIBLE DE PAGAR

No todos los dirigentes del PSOE lo ven así. Alguno de ellos muy influyente, con trayectoria política de primer plano y ambiciones de futuro advierte que “la paz a cualquier precio –y con ETA sólo puede ser a un precio imposible de pagar– no rinde réditos electorales, incluso podría generar una marea contraria de indignación popular”.

El académico Rodríguez Adrados ha escrito en “ABC” que la única salida digna que tiene Rodríguez Zapatero es dimitir. Lo piensan y dicen incluso muchos socialistas, porque el PSOE, que es un grande y necesario partido de ámbito estatal, puede y debe sobrevivir a este error, que incluso puede haber sido cometido con buena intención, pero ya se sabe que el infierno está empedrado de buenas intenciones.


UN SIGNO TOTALITARIO EN LA EDUCACIÓN

Mientras, un tema muy menor puede enredar mucho en el escenario político general. Es el de la polémica asignatura obligatoria de Educación para la Ciudadanía, el curioso “revival” de la famosa Formación de Espíritu Nacional del régimen anterior que pone en marcha la ministra Cabrera Calvo-Sotelo al servicio del entrañable “republicanismo cívico” de Rodríguez Zapatero.

Los obispos católicos han alzado la voz en una protesta que se comprende, porque el asunto tiene mucho fondo. Pero en ese asunto, la de los obispos es sólo una voz más, por muy cualificada que sea, porque es un tema que afecta al corazón mismo del sistema de valores y la calidad de nuestra democracia. Pronto cundirá la idea de que ante una ley injusta es legítima la desobediencia civil.  

Leo en un documentado informe que la impresentable asignatura tiene relación con esa “alianza de civilizaciones” que algunos analistas ven como un pacto con el islamismo, por el que Rodríguez Zapatero y el turco Erdogan actuarían de “termitas” contra la alianza de la Unión Europea y Estados Unidos. Me parece excesivo. Una cosa es hacer de “aprendiz de brujo” con ETA y otra es el escenario global.

 

DEL ESPÍRITU NACIONAL AL ESPÍRITU CÍVICO

Bueno, en los colegios de la época, y desde luego en los católicos, la verdad es que se tomaba muy poco en serio aquella Formación de Espíritu Nacional, una “maría” que nadie estudiaba, en cuyas horas de clase nos dedicábamos a otras tareas y de la que se daba aprobado general, incluso sin acudir al examen, a fin de curso.

¿Se tratará hoy como entonces de dar empleo a unos cuantos militantes valerosos? Mientras no molesten… Pero la ministra ha cruzado la frontera totalitaria al afirmar que la asignaturita de marras será necesaria para pasar curso. Vamos, como las Matemáticas o la Lengua. El disparate conceptual es serio, aunque no se sabe si provoca más indignación o risa.

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