El más grande que 'haiga'
viernes 01 de julio de 2011, 09:57h
Hay algo que hacemos mal y no alcanzamos a identificarlo con claridad. Cuando se planificó el AVE Toledo-Albacete-Cuenca los técnicos cifraron en 2.200 viajeros/día la demanda. Seis meses después, la realidad son 9 viajeros/día.
Un resultado de 9 frente a 2.200 roza la imposibilidad perfecta: es imposible equivocarse tanto empleando cualquier método científico por precario que sea. Con un coste de mantenimiento diario de 18.000€ y a 70€ el billete más barato, el punto muerto está en 258 viajeros/día. El técnico firmó un 752% incremental sobre el punto muerto. En otras palabras, 136.000 € diarios de beneficio, casi 50 millones de euros al año. De beneficio.
Enrique Urkijo, director general del área de viajeros de Renfe, aprobó las cifras en algún momento. Y José Blanco seguramente también. ¿Nadie preguntó a sus técnicos? ¿Ningún técnico fue capaz de advertir a sus señorías de que aquello no cuadraba? No parece lógico.
El Sr. Urkijo afirmó en la tele que sabía desde el principio que el proyecto iba a ser un fiasco. “Pero es que los alcaldes presionaron”. ¿Cómo presionaron, qué dijeron? ¿Deme ud. el más grande que haiga?
En plena crisis y con el descontento generalizado sobre la gestión pública, hemos perdido 3,25 m € en los 180 días que ha durado la aventura equinoccial de Lope de Urkijo, Sender me perdone. Aparte la inversión de 3.500 millones en infraestructuras. Lo más grave es que ni se le ha pasado por la cabeza que ha hecho algo inaceptable.
Urkijo debió dimitir al minuto uno de esas declaraciones. O Debió ser cesado al minuto dos por el ministro. O debió exigirlo la oposición en el minuto tres. O debimos exigirlo los ciudadanos en el minuto cuatro.
Nada. No parece que vaya con nosotros.
A cambio, D. Juan Ávila, alcalde de Cuenca, pretende que el ministro cambie su decisión. ¡Y todos parecemos comprenderlo, pobres conquenses sin AVE!
Hay un puente aéreo entre Barcelona y Madrid y no lo hay entre Ciudad Real y Soria. Es lógico que se construyan infraestructuras como el AVE cuando se pueda asegurar su rentabilidad. Lo otro es tirar el dinero del contribuyente, gestionar irresponsablemente y, lo peor, gobernar sin proyecto ni modelo de sociedad.
--Oiga, que yo soy conquense y quiero mi AVE porque tengo tanto derecho como ud.
Tiene ud. derecho, como cualquier otro ciudadano, a tener una conexión ferroviaria de calidad. Y todos, incluido ud., tenemos derecho a que no se malversen nuestros impuestos. Entre el AVE (2h 05’ Madrid-Albacete) y el ALVIA (2h 31’) no hay tanto en tiempo y sí en lo demás: 20€ menos en el billete, costes fijos: 8.000€/día, costes de infraestructura iniciales 1.100 millones de euros.
Si no se garantizó un mínimo de 300 viajeros/día para absorber los costes fijos no debió construirse el AVE a Cuenca. No es política, es gestión. No hay ningún agravio. Ni ciudadanos de segunda, eso es un engaño mediocre de los políticos y no podemos seguir tragándonoslo. Solamente gestión sensata de los recursos.
Cuenca tendrá una conexión de calidad vía ALVIA. Y sin despilfarrar recursos públicos. Un ejemplo: el hospital Virgen de la Luz, Cuenca. Recientemente incorporó el primer sistema de la provincia para la detección temprana y automatizada del cáncer de mama, OSNA. Y ni siquiera se trata de un sistema de última generación, lo que da una medida del atraso en este aspecto. O si no, que le pregunten al Dr. Ballester Cavero, director médico del Virgen de la Luz, lo que habría podido hacer digamos solo con 600 millones de euros, menos del 20% de lo perdido en el AVE. La gente de Cuenca sabe que es muchísimo más importante tener una sanidad equiparable a la de cualquier otra capital que un AVE cuya única ventaja es regalar 26 minutos a 9 conquenses que lo utilizan.
No podemos tener de todo en todas partes. Un AVE innecesario, o un aeropuerto sin aviones, o una biblioteca sin libros como la que ha inaugurado hoy, oh sorpresa, el Conseller de Educación de la Generalitat Valenciana.
Tenemos que enfocar mejor. Debemos elegir directa y separadamente al ejecutivo. Así empezaremos a exigir y obtener gobernantes capaces y al servicio del país.