¿Y por qué no el 14 de abril?
martes 09 de agosto de 2011, 12:09h
Mientras España se debate entre la bancarrota y el crack económico, entre la prima de riesgo y los elevados intereses de la deuda, Andalucía, que es posiblemente la comunidad autónoma española más afectada por la crisis, sigue dormida en el caluroso sopor de los laureles veraniegos, y su presidente, Pepe Griñán, no sólo plantea agotar la legislatura sino que quiere alargarla como el chicle hasta que no dé más de sí. Vamos, hasta finales de mayo de 2012 si fuese necesario. A Griñán le pasa lo mismo que a aquel personaje de comic de Goscinny y Tabary. el visir Iznoguz, ¿se acuerdan?, aquel que quería ser califa en lugar del califa. Tiene metido en lo más profundo de su ser el hecho de no haber sido elegido por las urnas sino por el dedo de ordeno y mando de su predecesor y antiguo compañero y amigo, Manuel Chaves. Y tiene un miedo atroz a que esas mismas urnas a las que aún no ha concurrido como candidato a la Presidencia de la Junta, le nieguen su continuidad en el cargo. De ahí que haya evitado, en contra de lo que quería Ferraz y parte del PSOE andaluz, ir de la mano de Alfredo Pepunto Rubalcaba, a los comicios adelantados al 20-N.
Evitada la coincidencia que, según todas las encuestas, en nada favorecía a Griñán, lo fundamental ahora es alargar la legislatura andaluza lo máximo posible para ver si llega el anunciado despegue de aquellos brotes verdes que la vicepresidenta Elena Salgado veía florecer hace dos años y que, visto lo visto, siguen más secos que las zarzas de Moisés en el Sinaí. La jugada propuesta por Griñán contempla también la posibilidad de que no llegue la ansiada recuperación económica antes del verano próximo, pero si, como es previsible, el PP se hace con el Gobierno de la nación y se ve obligado a aplicar los recortes que nos exige Europa, tendrá en sus manos una impotante baza que jugar en la campaña electoral a la Junta de Andalucía.
En estos momentos, el debate en Andalucía se centra si las elecciones autonómicas deberían celebrarse en marzo, como estaba previsto en principio, o en mayo, como quiere Griñán. El PP-A, como es lógico, se opone y amenaza incluso con acudir a los tribunales. El coordinador general de IULV-CA, Diego Valderas, que últimamente está a partir un piñón con Griñán para ver qué es lo que le toca en la primitiva de los posibles pactos postelectorales, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, se une a carro del presidente de la Junta y propone la fecha del 1 de mayo, Día del Trabajo, como la de la cita electoral en Andalucía, porque según afirma, es "una fecha con sentimiento de clase". Anda que...El caso es elegir, como ha hecho Zapatero, una efeméride con algún tipo de connotaciones extraelectorales que anime al personal a rechazar a la derecha y a apoyar a una izquierda que ha demostrado en los últimos años que es incapaz de gestionar un país, que no le duelen los recortes sociales y que ha llevado a la ruína y al paro a millones de españoles.
Por eso yo propongo que las elecciones andaluzas de 2012 no se celebren ni en marzo, como quiere Arenas, ni en mayo, como quieren Griñán y Valderas. Ni para uno ni para otros la perragorda que se decía antes, la fecha ideal es el 14 de abril, Día de la República. Ya que Zapatero y Rubalcaba han elegido el 20-N, fecha que murió Franco, qué mejor efeméride que la de recordar el ochenta y un aniversario del advenimiento de la Segunda República con una convocatoria electoral, aunque sea sólo en Andalucía. Algunos tendrían así la excusa perfecta para desempolvar la tricolor del trastero de los (malos) recuerdos y sacarla a relucir. Yo que Griñán le daría vueltas al asunto y me lo pensaría. De nada, presidente.