Río Negro optó por el cambio, Carlos Soria es el gobernador

Tras 28 años de habérsele negado al peronismo la posibilidad de gobernar Río Negro, en la Patagonia Argentina, el intendente de Gral. Roca, Carlos “El Gringo” Soria, será desde diciembre el segundo peronista en gobernar esta provincia que sólo posee 56 años de historia institucional. El futuro gobernador había intentado suerte en septiembre de 2003, pero el actual mandatario se impuso por escaso margen. En aquel entonces el peronismo era fruto de una “internitis” perenne, desleal y despiadada que no conocía aciertos ni triunfos desde 1973, oportunidad en que el entonces gobernador peronista fuera Mario Franco. La clave de este triunfo se basó en cuatro pilares. Por un lado dos intendentes exitosos, operativos y precisos administradores, por un lado Soria y por el otro el de Cipolletti, y vice gobernador electo, Alberto Weretilneck; el tercer eje fue sin duda la desgastada y desprestigiada gestión del Dr. Miguel Saiz, y los anteriores gobiernos del actual senador Pablo Verani. El último pilar deeste triunfo, se sostuvo en la construcción política desplegada por el senador nacional Miguel Pichetto, que relegó apetencias personales, y se dedicó a construir puentes de poder. Cimentó la recomposición de relaciones de un peronismo deshecho por su propia historia, compuesta de mezquinas quintas de sus dirigentes provinciales y locales, perfiles que en los actos electorales de 1983 al 2009, jamás permitieron acordar acciones y complementar metas afines. Pichetto ha sido un factor clave en este presente de triunfo. En contrapartida, la vertiente K del radicalismo en Río Negro, expresada en el gobernador y el candidato perdedor, César Barbeito,  se exhibía con cierto grado de haber claudicado hace rato esa vocación de poder que supieron sustentar. A la que se sumó el irrecuperable desgaste del propio ejercicio de gobierno. Otro matiz del debacle radical se observó también en las segundas líneas dirigenciales de la UCR. Las que al no haber podido acceder, mediante las internas, a los cargos electivos, se produjo un resquebrajamiento que llevó a fugarse hacia otras fuerzas partidarias, conclusión, esto consolidó el desplome y las lecturas favorecieron al Frente para la Victoria. El único que dio batalla y resistió la embestida opositora fue el intendente de Viedma, Jorge Ferreira (UCR), reelecto por cuatro años más, siendo el único bastión que sobrevivió en esta elección al incuestionable triunfo de Carlos Soria. Los ejes productivos y desafíos El elegido dirigente peronista ha prometido potencializar el desarrollo de la provincia desde desafíos claros y precisos: petróleo, pesca, turismo, frutihorticultura y ganadería. Las características y ventajas de este territorio ubicado en el portal de la Patagonia Argentina, cuenta con dos de los más caudalosos y extensos ríos, Negro y Colorado. Esta zona es considerada una franja ideal para la agro-ganadería, y estaría delineada como una de las variables de reconversión para sumar esas tierras en ejes productivos que conlleven hacia una preponderancia en las economías provinciales. Otro desafío que intentará abordar está relacionado a la pesca. Años de frustraciones y de inversiones truncas. En veinticinco años jamás se logró posicionar la explotación de este  recurso natural y las intenciones son de promover la industria en los 450 Km de costa marítima y de tener soberanía territorial de explotación pesquera, en el fructífero y mal y sobreexplotado Golfo San Matías. Un suceso ocasional, como las cenizas del volcán chileno que azotó la zona más desprotegida de la provincia, que se la denomina Línea Sur, es uno de los retos a revertir. Tras generaciones que nunca pudieron ver a esta zona de la meseta rionegrina con economías sustentables, este año las cenizas complicaron el panorama. A la carente producción ovina y caprina, sólo se la abordaba con promesas y aportes públicos. Soria ha dicho que pondrá proyectos en marcha para alterar de una vez por todas la historia de postergación. Apareen así, una reconversión de lanares y la revisión de la posibilidad de explotación minera figurarían en cartera. Las denominadas segunda y tercera categoría, son estas las rocas, bentonitas, lajas, yeso, poseen un espacio de explotación pero muy tibio para incidir en la inestable estructura económica de esta zona. Se especula que de seguir la expansión económica de los países emergentes, estos productos crecerán en demanda y sólo requerirán de infraestructura y fomento mínimo para expandirse. Por su parte la minería metalífera aquí si aparecería como una solución a mediano y largo plazo; y de reverse las leyes que la prohíben, otro sería el destino, principalmente para un proyecto de oro y plata, denominado Calcatreu, que está ubicado en el corazón del conflicto pos cenizas, en las zonas de Ing. Jacobacci y Lipetrén, que a la vez aparecen como las más afectadas por este fenómeno natural. En el caso del turismo, una industria muy próspera para generar movimiento económico y mano de obra, aparece en escena con el deseo de que vuelva a ser protagonista en la economía provincial. Tal como se experimentó en esta provincia en los fines de los ochenta y principios de los noventa cuando asumió como ministro de Turismo el legendario referente internacional Antonio Torrejón. Quien cuando asumió en 1989, al asumir planteó como primer objetivo duplicar con turistas la cantidad de rionegrinos, lo logró tras tres años de gestión. Quizás volver al concepto de provincia-continente, mar y montaña, valles y mesetas, encierre en si mismo el desafío para los nuevos hacedores que asumirán en diciembre. Por último el petróleo. Paradoja de Río Negro, ya que sus vecinas Neuquén, La Pampa y Chubut crecieron y se desarrollaron con esta industria en las dos últimas décadas. Río Negro nunca supo ni pudo. La conclusión es muy fácil: se comparte la misma cuenca pero las diferencias de expansión son elocuentes. Esta área se manejó con desidia e incompetencia, aseguran, y será promocionada a corto y mediano plazo para revertir el déficit de desarrollo comparativo, especialmente con Neuquén. La nuevas oportunidades se iniciarán justo, cuando el reloj comience la cuenta regresiva para que Carlos Soria comience a gobernar por cuatro años. En ese preciso momento los rionegrinos,  simplemente estarán expectantes para que las promesas se concreten y se hagan las cosas bien que permitan cambiar rumbos, no sólo gobernantes.