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El hurón: De gascones y cía

El hurón: De gascones y cía

El negocio del papel impreso está jodido. Que se lo pregunten, por ejemplo, a los editores, a los grandes y a los chicos. Pero ese papel, como he podido comprobar a lo largo de mi dilatada carrera profesional, tiene “un algo” que engancha. Primero fue el plomo, el aliento de las linotipias, y más tarde la tinta, el sudor pringoso de las rotativas. Generaciones de periodistas nos hemos alimentado de estos elementos químicos e, increíblemente, hemos conseguido sobrevivir a una “droga” que nos permitió combinar verdades y pasiones.    Pero plomo y tinta eran y son venenos de largo alcance. Detrás de las redacciones se han escondido también grandes intrigas y luchas de poder. El “cuarto” era y sigue siendo un poder apetitoso. Mi respeto y admiración para los grandes editores, que los hubo. Hoy, sin embargo, ¿dónde están los editores? ¿Qué persiguen, de verdad, los que ejercen como tales o los que pretenden hacerlo? Miedo, miedo me da responder a estas preguntas. El editor tradicional luchaba a cuerpo limpio para defender sus verdades. Y arriesgaba sus dineros. Y pensaba en el lector… En fin, me entristece el panorama. Ya ni siquiera los grandes “titanic” de papel resisten la marejada. Han dejado de interesar, han perdido a su mejor aliado (el lector) y la publicidad les ha puesto los cuernos. Me da mucha pena, pero es así. Redacciones escasas y periodistas mal pagados presagian un futuro poco halagüeño.    A nivel nacional el panorama es tremendo. Analicen las cuentas de resultados de los grandes y comprueben la magnitud de la tragedia. De los chicos, mejor no hablar. En nuestra CyL el panorama es desolador, agónico. Sin dinero y con mordaza no quiero ni imaginar cómo será el panorama después de la batalla. Sin embargo, no falta un roto para un descosido, que decía mi abuela. Juan Vicente Herrera, en la entrega de los Cossío (Forjas te toca esperar otro añito) ha resaltado la labor del periodista como parte de la “esperanza” para salir de la crisis. Pobrecito mío, que le den ya el premio al más optimista en muchos kilómetros a la redonda. O, acaso, ¿se lo cree?     Es evidente que la crisis no le para los pies a ningún optimista. ”Ladrilleros” y “gascones” pugnan estos días por hacerse con el control de “El Mundo” vallisoletano. Nada está decidido, pero me dicen que los segundos cuentan   con la mano amiga del conseguidor y el apoyo de los “sicilianos”. El negocio puede ser redondo, pero de eso hablaremos otro día. Félix Lázaro. Periodista. Nota.-Lo siento pero Gumer, que está que brama, seguirá hasta la próxima semana en su guarida. Seguro que le vendrá muy bien este descanso.