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Ocho mil damnificados limpian las ciudades derribadas por el terremoto en Perú

La reconstrucción llevará años

miércoles 22 de agosto de 2007, 15:42h
Con palas y escobas impolutas y carretillas sin estrenar, después de que García izase la bandera del Perú frente a la estatua del libertador San Martín, le escucharon comprometerse a "restituir a esta ciudad condiciones mejores".

Ocho mil afectados por el terremoto que asoló la costa central del Perú el pasado miércoles han iniciado las labores de limpieza de las calles de Pisco, Ica y Chincha, las tres ciudades más golpeadas por el cataclismo.


En Pisco, donde el 85 por ciento del centro de la ciudad ha quedado destruido, cuatro mil personas, en su mayoría jóvenes, han sido contratadas por el programa Construyendo Perú, del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo, para retirar el polvo y piedras que cubren las calles, flanqueadas por edificios derruidos.


Otros dos mil trabajan en la ciudad de Ica, que resultó menos afectada, y dos mil más en Chincha, que sufrió graves daños, aunque no alcanzaron el grado de Pisco.
Ataviados con una camiseta roja de Construyendo Perú y casco blanco, varios cientos de estos jóvenes acudieron ayer a la Plaza de Armas de Pisco para asistir a un acto de izada de la bandera en recuerdo de los muertos en el terremoto, que encabezó el presidente, Alan García.


Con palas y escobas impolutas y carretillas sin estrenar, después de que García izase la bandera del Perú frente a la estatua del libertador San Martín, le escucharon comprometerse a "restituir a esta ciudad condiciones mejores".


A ellos, que como dijo García han perdido "seres queridos, propiedades y trabajo", el presidente les prometió reconstruir una ciudad "más grande y próspera".


Donde el trabajo será más duro es en el centro de Pisco, donde la mayoría de las casas derruidas eran de adobe, un material que deja al deshacerse una gran cantidad de polvo y suciedad.


En el barrio de San Andrés, en las afueras de Pisco, junto al aeropuerto de la ciudad y a orillas de la playa, una brigada de Construyendo Perú había trasladado sus equipos ayer para disponerse a retirar los restos que dejó el mar, que inundó las dos primeras cuadras del poblado tras el sismo.


Edwin Méndez, un joven de la brigada, natural de San Andrés, que se encuentra en una caleta poblada por pescadores, dijo a Efe que "el tsunami", la marejada que se produjo debido al fuerte terremoto, "inundó mi casa y el corral trasero se cayó".
"La barca con la que trabajamos quedó destrozada y necesito dinero", recalcó el joven, que ya ha cobrado los 98 soles (32 dólares) por la primera semana.


La ministra de Trabajo, Susana Pinilla, dijo que "el programa Construyendo Perú, da trabajo a las personas más damnificadas, a las que se les paga un ingreso mínimo, pero que les permite de momento paliar las primera dificultades".
"De esta manera estamos paliando las primeras necesidades económicas", agregó la responsable de Trabajo, que desde el jueves pasado se encuentra en Pisco, donde luce una gorra y un chaleco rojos de Construyendo Perú.


El Ministerio de Trabajo ha anunciado que, de momento, se calcula que estas brigadas tendrán trabajo para 30 días, aunque sus responsables han reconocido que, probablemente, se tendrá que ampliar.


El problema del dinero acucia sobre todo a los que se han quedado sin nada, pero también a los que lo tienen en los bancos, pues en Pisco, donde no hay electricidad más que para el alumbrado público de algunos barrios periféricos, no han podido abrir.


De los tres bancos que hay en la Plaza de Armas de Pisco, uno ha quedado totalmente derruido y los otros dos han sufrido graves daños, por lo que, anuncian en sus fachadas que atienden al público en otros lugares menos afectados, como Ica, donde ya desde el sábado funciona al menos un cajero automático.


Mientras Construyendo Perú inicia la limpieza, las máquinas que llevan a cabo el desescombro de Pisco siguen su labor con rapidez, para dejar expeditas las calles, antes de acabar de demoler y retirar los restos de la gran cantidad de edificios que han quedado reducidos a un amasijo de adobes, ladrillos y tablas astilladas.


La reconstrucción llevará más tiempo, años, según reconocen algunos responsables gubernamentales, y para ello, el ministro de Vivienda, Hernán Garrido, ha anunciado que se dará una ayuda de 6.000 soles (unos 2.000 dólares) a los que han perdido sus casas.

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