Serpiente de Verano

   Hace años, cuando los políticos veraneaban un mes entero sin hacerse fotos y la prensa rosa no había comenzado a perseguir a los famosos a todas horas, los periodistas recurríamos a lo que se llamaba "serpientes de verano" para llenar los periódicos. Y la más socorrida de todas aquellas serpientes era, año tras año, el monstruo del Lago Ness, aquel supuesto ser descendiente de dinosaurios acuáticos que invariablemente surgía de las aguas del lago escocés a mediados de agosto y cuyas supuestas imágenes borrosas servían de tema de discusión entre creyentes y no creyentes del bicho gigante de medio mundo.

   Ahora, se ve que los españoles necesitamos algo más fuerte que las imágenes de Zapatero paseando por un perdido pueblín asturiano y las de Rajoy visitando un mercado gallego para enzarzarnos en polémicas veraniegas, seguramente porque imágenes tales pecan de mucha más fantasía que las fotos del monstruo del Lago Ness; es imposible de todas todas creer que el presidente del Gobierno se ha vuelto así de sencillo y el líder de la oposición compra las merluzas que se come su familia. Y en estas ha aparecido Gallardón y sus pretensiones y los periodistas -¡hurra!- hemos encontrado al fin una serpiente de verano con la que llenar las primeras páginas de los periódicos, las que hay que llenar antes de llegar a las que realmente interesan a la gente, que son las que plantean si ya hay que echar a Shuster, José Tomás va a morir un día de estos en un ruedo y Brad Pitt acabará separándose de Angelina Jolie.

   Así que el alcalde de Madrid quiere ser diputado. Y lo debe de querer tanto que cada pocos meses lo recuerda en público, pese a que cada vez que lo dice levanta una polémica en su partido que poco beneficia al objetivo que, según él, le mueve a formar parte de las listas de las próximas generales: ayudar a Rajoy. Entonces, como en sus filas sospechan que si de verdad quisiera ayudar a Rajoy se estaría callado esperando a que llegara el momento de confeccionar las candidaturas, la gran mayoría de los dirigentes del PP se lanzan a criticar las pretensiones de Gallardón, con lo cual perjudican a Rajoy aún más, pero consiguen, eso sí, que el alcalde no repita en voz alta sus deseos hasta dentro de unas semanas. Luego, lo volverá a anunciar. Y entonces habrá quienes crean que de verdad ha emergido para ayudar a Rajoy y quienes sospechen que lo que desea es sucederle. Y entonces volverá a sumergirse antes de que se dicte el veredicto final sobre su persona. Como pasaba con el monstruo del Lago Ness. Como una serpiente de verano.