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Los restos del dictador serán cremados el martes

Pinochet recibirá honores militares; muerte del ex dictador truncó 14 causas judiciales

Pinochet recibirá honores militares; muerte del ex dictador truncó 14 causas judiciales

martes 12 de diciembre de 2006, 11:26h
El gobierno chileno no rendirá honores como jefe de Estado al ex dictador Augusto Pinochet, fallecido este domingo tras ocho días de internación. Las ceremonias fúnebres solo cumplirán los honores militares, dada su condición de ex comandante en Jefe del Ejército. Desde que se conoció la noticia de su muerte, Pinochet volvió a dividir a los chilenos. Muchos salieron a las calles a llorarlo mientras otros celebraron su muerte. Dentro y fuera de aquel país, muchos lamentan que la muerte le llegara antes que una condena judicial en alguna de las 14 causas judiciales que se le seguían por delitos de lesa humanidad y económicos.

Los procesos contra Augusto Pinochet marcaron un hito en el Derecho Internacional al establecer las responsabilidades individuales en los crímenes de lesa humanidad y abrieron la puerta a una justicia sin fronteras, mientras su muerte abre una nueva etapa para Chile.

El ex dictador chileno, que marcó a sangre y fuego la historia chilena de las últimas décadas, murió este domingo en el hospital militar por efectos de una descompensación, tras haber sufrido ocho días antes un infarto de miocardio, sin ser condenado.

Pese a ello, el ex gobernante de facto (1973-1990) había acumulado catorce desafueros y varios procesos, en todos los cuales será sobreseído por muerte.

"La muerte le ganó a la Justicia", dijo desde Uruguay el escritor Mario Benedetti, lo que desde el ámbito judicial certificó, con matices, el juez chileno Alejandro Solís, el magistrado que estuvo más cerca de condenar al general en retiro. "Se va a dictar un sobreseimiento definitivo por muerte, a diferencia de otros procesos, que se pueden sobreseer por inocencia", dijo Solís.

"La Justicia de alguna manera lo había juzgado cuando la Corte Suprema ordenó su desafuero y confirmó su procesamiento por torturas, homicidios y desapariciones", indicó. "No se pudo condenar, pero había presunciones fundadas de que él tuvo participación en esos delitos", subrayó el magistrado a cargo del proceso sobre las torturas y homicidios ocurridas en el centro de reclusión de Villa Grimaldi.

Solís atribuyó la demora en las condenas a que esos casos se rigen por el código penal que data del siglo XIX y anunció que en los próximos días deberá sobreseer a Pinochet en este caso, que tenía programado cerrar en 30 días más, aunque advirtió de que los juicios contra los otros imputados continuarán.

Solís precisó que los delitos de que se acusaba a Pinochet no podían ser amnistiados ni prescribir, según los fallos emitidos al respecto por la Corte de Apelaciones y la Corte Suprema.

Ello, como reconocen los abogados de derechos humanos y los familiares de las víctimas, gracias al juez español Baltasar Garzón, que con su petición de extradición de Pinochet desde Londres el 16 de octubre de 1998, donde el militar estuvo preso 503 días, cambió la Justicia no sólo en Chile sino en el mundo.

Durante una visita a Santiago de Chile en agosto pasado, Garzón manifestó su respeto por la Justicia chilena y tuvo especiales elogios para el retirado juez Juan Guzmán, el primero que procesó al dictador por 75 crímenes de la Caravana de la Muerte, comitiva militar que recorrió Chile en 1973 ejecutando presos políticos.

La presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, Lorena Pizarro, dijo a Efe que cuando Garzón logró la detención de Pinochet "sentimos una inmensa alegría pues constatamos que no estábamos solos. Esa decisión marcó una nueva etapa para nosotros y la Justicia", subrayó.

El abogado chileno Claudio Grossman, ex vicepresidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, opinó que el juicio a Pinochet "marcó un hito en el tema de evitar la impunidad" y recordó que los dictadores antes del caso Pinochet "se escondían detrás de los Estados".

Según analistas, el caso Pinochet también dio nuevo impulso a los procesos en casos de violaciones a los derechos humanos en otros países suramericanos e incidió en parte en la creación de la Corte Penal Internacional (CPI).

Para José Miguel Vivanco, director ejecutivo para América Latina de Human Rights Watch, la muerte de Pinochet deja como legado "una advertencia" para los otros violadores de los derechos humanos.

"Su caso mostró al mundo que, incluso, los violadores de derechos humanos más poderosos pueden ser obligados a enfrentar la justicia" y que hoy, "nadie está por encima de la ley".

Amnistía Internacional, en tanto, declaró a través de un comunicado que "las familias de los supervivientes necesitan justicia y un juicio" y llamó al gobierno a declarar nula la ley de amnistía que Pinochet impuso en 1978.

El organismo agregó que este caso debería servir para que las autoridades chilenas y los gobernantes en otros lugares del mundo "tomen conciencia de la importancia de la celeridad de la Justicia".

El dictador chileno, que se vanaglorió de que en el país no se movía ni una hoja sin su conocimiento, para evadir la justicia endosó la responsabilidad de sus crímenes a sus subalternos y recurrió al expediente de la demencia.

El militar que se definía a sí mismo como "un ángel bueno" siempre insistió que no ordenó matar a nadie y se quejó de que la Justicia fue "injusta" con él.

Los restos de Pinochet serán cremados este martes, tras el velorio que se cumple en la Escuela Militar de Santiago. Las cenizas serán entregadas a la familia que no ha anunciado qué destino les dará.

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