La Casa Real en el punto de mira

   Ha dado bastante de sí, para los medios informativos, la Casa Real en este verano que concluye. Y eso no está claro si es bueno o malo. Hay de todo. Recordemos que "la temporada" empezó con la opinión de Iñaki Anasagasti sobre la, en su opinión, insuficiente afición de los miembros de la Casa Real al trabajo. El hecho mismo de que ninguno haya faltado a la larga cita del Palacio de Marivent en Mallorca pudiera ser un argumento a favor de esa tesis mantenida en medio de la controversia, por el senador del PNV, a quien, por cierto, recordaron alguno que tampoco la condición de senador tiene fama de ser extraordinariamente "currante", en términos generales.

   Luego, las regatas de cada año, y la persecución de los fotógrafos de prensa, con alguna "caza" relevante: la Reina y doña Letizia fueron capturadas en bikini, con alevosía y a larga distancia. No tiene mayor importancia, pero el dato ya habrá pasado "para la historia", como suele decirse. Luego, la noticia feliz y afortunada de que las cuentas y gastos de la Casa Real tendrán un contable, y por tanto, es probable que dejen de ser el agujero negro, de desconocimiento, que ahora son. El profesor y rector González Trevijano muestra su satisfacción porque la Casa del Rey va acomodando sus perfiles a las necesidades impuestas por el devenir  de los tiempos. Y está convencido de que en adelante se atenderá mejor a la gestión económica, financiera, presupuestaria y contable. Por cierto, que recuerda el profesor que esas cuentas de la Casa Real suponen un 0,001 por ciento de los gastos del Estado, 8,29 millones de euros. Menos que lo que gastan en fiestas patronales muchísimos ayuntamientos del país... Pero no está mal la iniciativa.

   Otro acontecimiento de los últimos días, relacionado con la Institución Monárquica, han sido las movilizaciones y algunos disturbios registrados en Girona con ocasión de una visita del Jefe del Estado. Han reaparecido viejísimos eslóganes contra la monarquía o la realeza. No son partidarios, como no lo son los militantes de ERC, según es público y notorio. No hay que descartar que los carteles de esos manifestantes tuvieran una misma factoría política... Por último, y en esta variadísima "crónica social" de la Casa Real, falta por mencionar los muy intensos rumores acerca de un divorcio que podría tener lugar en cualquier momento. Jaime de Marichalar y su esposa Elena están en la boca de todos los cronistas del corazón, y a ellos corresponderá confirmar o desmentir rumores tan insistentes y extendidos. También sería una demostración más de que también en la Casa Real se van acomodando los perfiles a las necesidades impuestas por el devenir de los tiempos, como dice el profesor González Trevijano...