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El magnate de los OVNIS

El magnate de los OVNIS

domingo 23 de septiembre de 2007, 00:47h
A fines de 1998 tomé de las oficinas de Ricardo Lagos Escobar en Providencia, cuando el ex Presidente iniciaba su campaña para las primarias de la Concertación, y yo lo aguardaba para entrevistarlo, una revista de negocios en inglés (Forbes), que contenía una historia extraordinaria. Estaba destinada —a mi juicio— a provocar conmoción respecto al fenómeno OVNI vinculado a las altas finanzas y, por lo tanto, se justificaba divulgar el contenido cuanto antes.

Lo hice, previo rechequeo y ampliación de los datos de Forbes, pero no pasó nada. Nueve años después, el grueso de la opinión pública sigue ignorando quien es el magnate de los OVNIS, Joseph Firmage, personaje central de este capítulo, cuyas revelaciones nunca más fueron reproducidas por la gran prensa mundial, pese a que siguen siendo impactantes.

Cuento corto: A los 28 años de edad, el doctor en física, Joseph Firmage, considerado un genio científico y de los negocios, a quien se comparó con Bill Gates, es el dueño, presidente y ejecutivo principal (CEO)  de la gigantesca corporación californiana de la informática “US_Web” cuyo valor en Bolsa alcanzaba a los 3 mil 500 millones de dólares. De pronto, Firmage tiene una “revelación” y empieza a estudiar la posibilidad de que sean reales las visitas extraterrestres que se reportan desde distintos lugares del planeta.

No tardan en hacerse publicaciones maliciosas y bromas sobre sus nuevas indagaciones. Lo llaman “el ufólogo loco”,  pese a sus títulos académicos. Se ve obligado a renunciar a la presidencia y a vender sus acciones, para no perjudicar la imagen corporativa. Ya fuera, contrata a ingenieros en aeronáutica y otros expertos, para que respalden sus investigaciones, y crea la Fundación Kairos, palabra griega que significa “el momento exacto u oportuno”, que sería el actual,  para establecer contactos con las culturas extraterrestres.

Para Firmage, algunos de los más espectaculares desarrollos tecnológicos contemporáneos -los transistores, la fibra óptica y el láser, entre otros- vinieron desde el Espacio, a bordo de naves extraterrestres con “formas vivientes” dentro, que se estrellaron en Nuevo México en 1947. El hecho es conocido como “El incidente Roswell”, pero nunca se habían puesto en evidencia sus efectos sobre el progreso industrial y el conocimiento humano, al que siguió su aprovechamiento comercial.

Los investigadores del Dr. Firmage, tras un trabajo de dos años, en que examinaron una colección de documentos militares top secret  sobre el incidente Roswell, dieron por comprobado que, en 1947, un grupo de funcionarios que dependía de la Casa Blanca, recuperó un número significativo de equipamientos de las naves espaciales semidestruidas, y practicó sobre ellos lo que se conoce como reverse engineering,  para descubrir  “a partir del objeto final” la manera en que éste fue fabricado.

“Está absolutamente claro ahora –explica Firmage- que ninguno de los vehículos espaciales que impactaron contra la Tierra en Nuevo México en 1947 podía ser manufacturado entonces en ningún país del mundo”. El esfuerzo de verificación de  los antecedentes fue conducido por el Dr. Robert M. Wood (PHD), un respetado físico y ex gerente senior de Ingeniería de la McDonnell Douglas.

 Algunas de sus conclusiones:

1.  La nave espacial accidentada se desplazaba sin emplear propelentes, lo que indica con claridad el uso de alguna tecnología gravitacional de navegación espacial.

2.  Tras prolijos estudios, hace 60 año, algunos de los componentes del material tecnológico recuperado fueron “sembrados” en la industria privada, lográndose allí “crías” de técnicas inéditas entonces: transistores, fibra óptica, nuevas aleaciones de metales, láser, semiconductores, visores nocturnos y otras aplicaciones.

3.  Para ocultar al gran público esta información –asegura Firmage- fue puesta en marcha la infraestructura de seguridad más impenetrable en la historia del mundo incluida en el Acta de Seguridad Nacional de 1947. Además, por distintas vías de inteligencia, se ejecuta un programa de “control de la prensa” que dura hasta hoy, asegurándose además las autoridades norteamericanas “que nadie se sume a sus descubrimientos sobre Objetos Voladores No Identificados:  cualquiera investigación científica independiente al respecto, siempre es silenciada o desacreditada”.

El propio Dr. Joseph Firmage ha sido víctima de esta Ley del Silencio.

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Camilo  Taufic
Periodista
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