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22 prisioneros habrían sido fusilados en la Quebrada Los Arrayanes

Un juez confirma el lugar de la ejecución de presos políticos

Un juez confirma el lugar de la ejecución de presos políticos

viernes 28 de septiembre de 2007, 18:39h
A medida que avanzan las investigaciones en el lugar, se confirma que los 22 campesinos desaparecidos desde el 16 de octubre de 1973, fueron ejecutados ese mismo día en la Quebrada Los Arrayanes, cerca del lago Rapel, a pocos kilómetros de Santiago.
El juez Héctor Solís Montiel confirmó que los hallazgos de restos humanos y de objetos, como zapatos y tela de prendas de vestir, “permiten suponer la ejecución”. Además, en el lugar se encontró más de un centenar de proyectiles incrustados en la ladera de la quebrada que sirvió de paredón.

La investigación revela el ensañamiento con que actuaron los soldados de la Escuela de Infantería de San Bernardo bajo el mando del entonces teniente Andrés Magaña, y la orden del coronel Leonel König, en la época director de esa escuela.

El lugar se encuentra a un kilómetro y medio al noreste del lago Rapel, al interior del fundo Cerro Alto, en la comuna de Las Cabras, en la VI Región.

Un añoso árbol quillay, erguido en la ladera opuesta, señala el sitio exacto donde los militares ubicaron a los 22 prisioneros para matarlos la madrugada del 16 de octubre de 1973. El árbol guardó por 34 años el secreto de la tragedia.

Un diente humano y un bototo, los hallazgos de última hora, conducen irremediablemente a la conclusión final: que efectivamente se trata del sepulcro clandestino que por cinco años guardó los cuerpos que ya no están, desenterrados en 1978 para configurar el doble y definitivo desaparecimiento en el fondo del mar donde fueron arrojados.

El juez Solís, a cargo de la investigación, dijo a la prensa que “la opinión pública tiene derecho a saber de estos hechos". "Todos los inculpados han reconocido este lugar y aquel árbol de 60 años que ven al frente", agregó el juez, indicando el quillay.

Al fondo de la quebrada, 25 peritos entre arqueólogos, antropólogos, geólogos, botánicos y funcionarios de Criminalística de Investigaciones y Carabineros y personal del Servicio Médico Legal, continuaban sus tareas.

Veinte pequeñas piezas óseas encontradas constituyen hasta ahora la huella indeleble de una búsqueda eterna. Restos de tela de sus ropas y cuarenta vainillas de fusil percutadas fortalecen el descubrimiento.

El juez indicó la forma en que fueron ejecutados los prisioneros. Los militares instalados arriba, en la ladera sur de la quebrada, y los prisioneros más abajo y por el frente, en la ladera norte. Disparos sobreseguro, y sin lugar a escapatoria.
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