Los hechos se remontan al 14 de mayo del año pasado, durante el desarrollo del
"Reclama las calles" que siguió a la primera de las sentadas ‘
Por una vivienda digna y contra la precariedad laboral’, al pasar frente a la sede de los juzgados centrales de lo Contencioso Administrativo, que se encuentra en el 19 de la Gran Vía, en Madrid, Jaume d'Urgell decidió escalar la fachada del edificio y acceder al mástil donde se encontraba la bandera rojigualda —“
rebelde, impuesta por las armas, franquista y monárquica”—, para arriarla e izar la tricolor en su lugar
—“legítima y republicana, elegida en las urnas”—. En una entrevista ofrecida el pasado julio a Tercera Información se mostraba convencido de que
"todo" iba
"a ir bien" y aseguró que
"cualquiera con dos dedos de frente se daría cuenta de que lo verdaderamente injurioso es mantener un símbolo fascista en la actualidad", a continuación comparó la bandera constitucional con un símbolo nazi afirmando que
"la rojigualda es en España, lo que la esvástica en Alemania”.
Libertad con cargos
Jaume fue puesto en libertad con cargos 27 horas más tarde, habiéndose negado a declarar ante la policía —en su lugar lo hizo más tarde, ya en sede judicial—. Se decretó la obligación de presentarse ante el juzgado cada 15 días, situación que se ha prolongado durante más de un año.
Se le acusa de Desórdenes públicos (artículo: 557.1 del Código Penal), el fiscal solicita una condena de un año de cárcel, y por la acusación de Ultraje a España (artículo 543 del Código Penal), solicita 11 meses de multa, a razón de 12 euros por día.
El juicio ha debido suspenderse tras la renuncia de la letrada del acusado, Jaume d'Urgell. Finalmente, ha quedado señalado para el próximo 4 de octubre a las 11.00 horas, en el Juzgado de lo Penal, número 5 de Madrid.
