Cremalleras y cremalleros

Aunque sé positivamente que a la inmensa mayoría de mis lectores el asunto de las listas electorales se la trae al fresco, no es la primera vez que escribo sobre ésto ni creo que vaya a ser la última. A los comentaristas políticos nos preocupan cosas que al resto de los ciudadanos no le interesan lo más mínimo. Y ésta es una de ellas. Al fin y al cabo, los únicos interesados en quiénes van a formar parte de las candidaturas son los que ocuparán los dos o tres primeros puestos de las mismas y tienen alguna posibilidad de ser elegidos. Al resto, ni fu ni fa, nos da igual que esté Alfonso Guerra, Manuel Chaves, Rosa Aguilar, Trinidad Jiménez o Periquito de los Palotes, al fin y al cabo, unos y otras van a seguir viviendo del cuento a costa del contribuyente.

La soplapollez de los partidos y su corrección política me inclina a pensar que continuarán con la pamplina de las llamadas "listas cremallera" que, dicen, son la solución a la tan necesitada igualdad de género en las instituciones públicas. Así, da igual que un político como, por ejemplo, el secretario general del PSOE de Sevilla, José Antonio Viera sea un impresentable o se encuentre bajo la sombra de la sospecha en la investigación de la jueza Mercedes Alaya sobre el turbio asunto de los expedientes de regulación de empleo, vulgo EREs, irregulares y fraudulentos de la Junta o que la ministra del Medio Ambiente, Rural y Marino, ex consejera de Obras Públicas de Griñán y ex alcaldesa comunista de la ciudad de la Mezquita , Rosa Aguilar, tenga el rechazo del ochenta por ciento de sus paisanos cordobeses, la cuota es la cuota y hay que ser fieles a la alternancia de hombre-mujer en las listas para no escandalizar al feminismo y no ser tachados de machistas. Pues qué bien.

La cuestión en sí no tiene la mayor importancia si no fuera porque a los votantes nos siguen tomando por tontos. Vamos a ver, la secretaria de Organización del PSOE andaluz, Susana Díaz, una "griñanini" quien se ha creido que es poco más o menos que Margaret Tatcher o Indira Ghandi asegura que las candidaturas socialistas al Congreso de los Diputados respetarán la "cremallera" o, al menos, serán paritarias, como si ella, o su jefe inmediato, Pepe Griñán, tuviesen algo que ver en su elaboración. Como es lógico, las listas las ha hecho Ferraz y el equipo del candidato a la Presidencia del Gobierno, Alfredo Pepunto Rubalcaba y el PSOE andaluz ha sido un mero testigo sin voz ni voto. Así que, menos lobos, Caperucita, y menos feminismo de salón con la paridad y las "cremalleras". Añaden que se han renovado el 75 por ciento de los candidatos. Es verdad, caso todos son nuevos en esto de la política, vean si no a los primeros de las candidaturas en Andalucía, a saber: Alfonso Guerra y Jose Antonio Viera, por Sevilla; Manuel Chaves y González Cabaña, por Cádiz; Trinidad Jiménez por Málaga; Rosa Aguilar, por Córdoba; Gaspar Zarrías, por Jaén; Javier Barrero, por Huelva; Consuelo Rumí, por Almería. Vamos, una renovación de candidatos en toda regla, todos nuevas incorporaciones de desconocidos, no te fastidia...Otra cosa es que, a partir del quinto puesto de las listas pongan a "nuevos valores" del PSOE, pero ya se sabe de sobra que se van a quedar en casa o en la calle.

El caso es que por aquí abajo, en Andalucía, los socialistas andan muy preocupados por quiénes van a formar parte de las candidaturas al Congreso y es que muchos saben que se juegan su futuro y el de sus familias si no encuentran pronto un lugar donde "colocarse" después del desastre electoral de las municipales. De ahí que los distintos clanes estén jugando sus bazas a cara de perro para no ser desplazados. La cuestión más importante el próximo 20-N es figurar en uno de los primeros puestos de las candidaturas porque están seguros de que, al contrario que en anteriores comicios, a partir del tercero de la lista es muy posible que se queden fuera de juego. Incluso hay algunas circunscripciones, como Córdoba, donde es posible que el PSOE consiga solo un diputado. Vean si no el cabreo que se ha agarrado la ex ministra de Cultura, Carmen Calvo, cuando se ha visto desplazada por Rosa Aguilar.

Bueno, pues en eso estamos. Aún quedan casi dos meses para las elecciones y los políticos, todos los políticos se han tomado unas vacaciones, sin Gobierno, sin presupuestos sin Congreso hasta que se formen las nuevas Cámaras, mientras el paìs sigue sumido en el caos. Ante este panorama, con más de tres millones de parados, con el miedo en le cuerpo y con los tiburones de las finanzas afilando los dientes, ¿a alguien le importa algo que los partidos lleven listas cremallera"? Como si llevaran velcro, corchetes o portañuela con botones. ¿Qué más nos da al personal que los sufre, los soporta e. incluso, a los pocos que aún les votan?