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En entrevistas inéditas

Pinochet reivindica sus actos pero se dice demócrata

Pinochet reivindica sus actos pero se dice demócrata

lunes 18 de diciembre de 2006, 02:24h
En las revelaciones, que hoy publican diarios chilenos, el ex dictador se refiere al Cardenal Raúl Silva Hénriquez, al ex Presidente Patricio Aylwin y a Manuel Contreras, su brazo derecho en la Dina, organismo que ejerció la represión en los primeros años de gobierno de Pinochet.
Santiago  (EFE).- El fallecido ex dictador chileno Augusto Pinochet puso al general Manuel Contreras al frente de la represión "porque era bravo"; reconoció que tuvo problemas con el jefe de la Aviación, Gustavo Leigh, desde el día del golpe, e insistió siempre en definirse así mismo como un demócrata.

También encontraba "prepotente" al cardenal Raúl Silva Henríquez, y sentía "desagrado" hacia el presidente Patricio Aylwin, a quien entregó el poder en 1990, tras haber perdido el plebiscito de 1988.

Estas y otras revelaciones están contenidas en una entrevista que una historiadora y tres directivos de la universidad privada "Finis Terrae" le hicieron mientras estaba detenido en Londres y que hoy publica el diario "La Tercera".

El diario El Mercurio publica a su vez otra entrevista, hecha en septiembre de 1998, cuando era senador vitalicio, un mes antes de que viajara a Londres, donde sería detenido, en la que afirma que duerme tranquilo, que no tiene preocupaciones y que siempre ha sido "un demócrata".

"Puse a Contreras (al frente de la represión) porque había que apretar, era necesario un hombre que fuera bravo porque los otros eran harto bravos", dijo y añadió que lo sacó de su cargo de jefe de la DINA, la policía secreta "porque me mintió".

Aseguró que él jamás dio "una orden mala" y que dispuso "que no se apremiara a los detenidos. Si me fallaron, ¿qué culpa tengo yo?. Cuando sabía que había apremio a algún fulano, hacia un sumario, lo mandaba a la Justicia. Tampoco los podía fusilar (a los agentes).

La labor de Contreras en la DINA dejó 3.200 muertos, un tercio de ellos desaparecidos y más de 28.000 torturados según cifras oficiales.

Pinochet asegura que el general Leigh, el 11 de septiembre de 1973, se mostraba reacio a bombardear La Moneda. "¿Qué pasa -le dije- que no llegan los aviones. Parece que (Leigh) no quería...alcancé a mover los tanques, los cañones... la iban a hacer añicos", sostiene.

Agrega que en julio de 1978, cuando Legh fue destituido tras haber demandado una transición de cinco años para entregar el poder, "creí que se me iba a sublevar la aviación".

Sobre el cardenal Silva Henríquez, que defendió los derechos humanos, dice que "lo encontraba un prepotente" y que para relacionarse con la iglesia católica, "puse a un general, después a otro y a otro. No daban resultado porque todos son medio pechoños (muy católicos). Agachaban la cabeza. Yo no les agachaba la cabeza (a los obispos) porque los conozco".

Sobre Matthei, el primer miembro de la Junta Militar que reconoció el triunfo de la oposición en el plebiscito, afirma que ese día "estaba endiosado porque le habían hecho muchos favores los que iban a llegar al gobierno".

Admite que recibió recomendaciones de otros colaboradores para no entregar el poder, pero dice "no me acuerdo" cuando le piden nombres.

Sobre Patricio Aylwin, bajo cuyo gobierno (1990-1994), el Ejército se movilizó dos veces por orden suya para impedir la investigación de un pago irregular a su hijo Augusto, Pinochet dice que el ex mandatario siempre le recordaba que le había pedido renunciara al Ejército cuando asumió el mando y él se negó.

"Me decía siempre: yo le pedí a usted que se fuera, pero usted me dijo que no... Si en esa época yo no me meto en algunas cosas, capaz que le hubiera pasado algo al gobierno. No quiero ni acordarme de él. El señor Aylwin me desagrada", afirma.

En la entrevista a "El Mercurio", en la época que ya había cambiado el uniforme de militar por el traje de político, Pinochet, que durante su régimen explicitó reiteradamente su desprecio por los políticos, dice sentirse cómodo entre ellos y en su función de senador.

"Creo que hay (en el Senado) mayor madurez y las cosas se estudian bien (...) no he intervenido mucho, porque no me siento todavía capacitado para hacerlo", dice.

Incluso manifiesta comprensión" hacia los senadores que el día se jurar el cargo lo repudiaron y levantaron pancartas con fotos de detenidos desaparecidos.

"Comprendo que tenían molestia conmigo, pero no ha significado nada para mí" señala y puntualiza que esos senadores "a veces se sobrepasan conmigo, en algunos dichos, pero los comprendo".

"La gente a veces no es capaz de dominar su manera de ser. Pero yo no tengo ningún problema", concluye Pinochet, que en esa etapa de su vida también sostiene que "no puede haber gobernantes que no tengan límites" y asegura que "siempre he sido un demócrata".
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