La resaca del temporal de lluvia deja escombros y fango

Muebles, libros, electrodomésticos, lavadoras, microondas, sofás, sillas y jarrones de mesa de salón se apilan en las calles de El Vergel, una de las localidades más castigadas tras el desbordamiento del río Girona, que se cobró la vida de una mujer de avanzada edad.

Algunos vecinos de este municipio y de Beniarbeig, donde también se desbordó este río, han criticado la falta de limpieza del caudal del Girona en su zona de cabecera, lo que provocó, según dijeron, que numerosa maleza se agolpara en los pasos de agua de los puentes, impidiendo así el transcurrir del cauce.

Los ayuntamientos de ambas poblaciones han pedido al Gobierno que les conceda la declaración de zona catastrófica, un calificativo empleado también por los damnificados para describir la situación actual en la que se encuentran. "Todo, el agua se lo ha llevado todo. ¿Qué tengo ahora?", se preguntó María Luisa, una vecina de la calle Divina Aurora de El Vergel, cuyo inmueble ha quedado anegado.

Los vecinos de esta población de más de 4.000 habitantes sacan barro sin cesar, con los pantalones subidos, los zapatos de un color aún por definir y la camiseta alejada del blanco. "Qué normalidad ni qué corchos. Esto ya es para siempre, el recuerdo de esta tragedia no se olvida, y el daño económico es irrecuperable", afirmó Juan Manuel, de 63 años.

En Calpe, entre 8.000 y 10.000 vecinos permanecen incomunicados en viviendas ubicadas frente a las playas de Levante y Capri, si bien a última hora de esta tarde podría establecerse un vial de enlace para atender situaciones de urgencia.

La Generalitat valenciana y los ayuntamientos de los municipios más afectados, ayudados por la Unidad Militar de Emergencias movilizada por el Ministerio de Defensa, centran ahora sus trabajos en restablecer el suministro de agua y electricidad, así como en la limpieza de calles y viviendas.

El Ejército de Tierra instalará este lunes un puente provisional, plegable y de hierro, en las proximidades del que ayer se desplomó parcialmente en Beniarbeig. Cinco tramos de cuatro carreteras de la provincia de Alicante siguen cortadas al tráfico como consecuencia de los desprendimientos provocados por las lluvias, y otras cuatro presentan circulación condicionada.

El Consejo de Ministros y el pleno del Consell de la Generalitat valenciana aprobarán el próximo viernes sendos paquetes de ayudas para paliar los daños en los municipios afectados. Los ministros de Trabajo, Jesús Caldera, y de Sanidad, Bernat Soria, visitaron El Vergel, Beniarbeig y Calpe, acompañados de miembros del Gobierno valenciano.

Con los pies sumergidos en el barro, Caldera, Soria y los consellers Gerardo Camps y José Ramón García Antón, entre otros, han conocido de primera mano los efectos de las lluvias torrenciales y han comprobado el esfuerzo de los vecinos por paliar los daños.

Caldera ha afirmado que la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) ha multiplicado sus esfuerzos de limpieza de cauces en los últimos años, aunque ha expuesto la imposibilidad de acometer "podas absolutas de todo tipo de vegetación" por motivos técnicos y de respeto al medio ambiente.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha expresado su solidaridad con las familias afectadas y ha puesto de manifiesto el "máximo compromiso" del Gobierno por trabajar para "recuperar la normalidad en los municipios afectados".

Igualmente, el líder del PP, Mariano Rajoy, ha trasladado su pésame y el de su partido a la familia de la mujer fallecida en El Vergel y ha destacado la actitud de la Generalitat que, ha dicho, "ha reaccionado con prontitud".

A su vez, el president de la Generalitat, Francisco Camps, se ha comprometido con los alcaldes de El Vergel y Els Poblets a que la Administración autonómica construya los inmuebles necesarios para realojar a aquellos vecinos cuyas viviendas han resultado destrozadas.