Día Internacional de los Museos: 18 mayo
viernes 18 de mayo de 2012, 14:15h
Prácticamente, se considera que fue
la sociedad burguesa del siglo XIX la que creó el museo con los conceptos
modernos que todavía se mantienen en nuestros días y con un criterio pedagógico
para la transmisión de las enseñanzas, que con los objetos en él contenidos
eran capaces de comunicar al espectador.
En épocas anteriores, la
constitución de museos estuvo presidida por otros criterios y concentrada en
manos de la élite que detentaba el saber y, como consecuencia, el poder, es
decir, de sacerdotes egipcios, de pensadores griegos, emperadores romanos,
príncipes medievales y renacentistas, de los reyes, de la nobleza y de la
iglesia católica. El carácter de extensión cultural que desempeñaron en cada
momento quedó muy restringido y limitado a un estrecho círculo. Pero en todo
caso, tanto en épocas pasadas como el anterior siglo, el móvil creador del
museo, primero, fue el afán coleccionista del hombre y, luego su deseo de dar a
conocer a las generaciones posteriores sus modos y medios de vida, obedeciendo
al instinto biológico de los seres humanos de tratar, continuamente de forma
directa o indirecta, de perpetuar la especie. Instinto que les lleva a obrar
siempre en esa dirección, sin que en muchas ocasiones sean plenamente
conscientes de ello. Pero los impulsos vitales son muy fuertes e influyen y
condicionan la permanente actividad comunitaria de los humanos, por encima de
modas y formas de vivir artificiosas y pasajeras.
El arquitecto Vasari construye el
Palacio Uffizi en Florencia, que es el primer edificio concebido exclusivamente
para albergar un museo. En Francia, el coleccionista Juan Bautista Colbert
inauguró la galería principal del Louvre en 1681, pues fue uno de los primeros en comprender la función educativa del museo
abierto a los artistas y estudiantes.
Actualmente en todos los países del
mundo, especialmente en los que tienen en el turismo internacional una sólida
fuente de ingresos, mantienen viajes atractivos, e impulsan a los ciudadanos a
que conozcan, visiten y fomenten la visita a los museos.
El Consejo Internacional de Museos
(ICOM) ha definido el Museo como una
institución permanente, sin finalidad lucrativa, al servicio de la sociedad y
de su desarrollo, abierta al público, que adquiere, conserva, investiga,
comunica y exhibe para fines de estudio, de educación y de deleite, testimonios
materiales del hombre y su entorno.
Desde
hace 35 años, en 1977 se celebra el Día del Museo en todo el mundo. Existen
variaciones entre los países por el número de museos existentes y la cantidad de
visitantes. En España tenemos más de 1000 museos públicos y 500 privados. En
Estados Unidos más de 17.500. En cuanto a visitantes por año, el Prado de
Madrid con casi tres millones fue menos visitado que el Louvre de París, con
más de ocho millones.
Para acercar a los turistas y a los
ciudadanos a los museos hay que estimularles a que realicen "el esfuerzo de
ir", ya que allí van a encontrar un goce y placer espiritual, que será tanto
más intenso cuanto mayor sea la sensibilidad y el nivel cultural del visitante.
Pero todos deben estar convencidos de que cualquiera que sea la preparación
personal y su capacidad de percepción y de interés, una visita a un museo
siempre será interesante y le enriquecerá alguna importante faceta de su
personalidad.
La educación actual orienta
demasiado al hombre hacia lo práctico, a lo inmediato y utilitario, y como
consecuencia el museo está fuera de la vida diaria y sobre ellos existe una
extendida opinión de apatía.
Para introducir el museo en la vida
cotidiana hay que cambiar la opinión de las gentes y que lo vean como lo que
es: un lugar grato, interesante, entretenido, ameno y recreativo, que proporciona goce,
esparcimiento y paz espiritual, siendo además una incitación a la imaginación y
la fantasía. Y también, un medio cultural que contribuye a la humanización de
las personas en este mundo de egoísmos y luchas para sobrevivir. Alcanzar una
mayor convivencia ética entre los hombres, es una meta que, directa o
indirectamente, persiguen los museos.
La esencia de la cuestión que hemos
planteado es, por lo tanto, un problema educativo que debe empezar a solucionarse
desde la infancia. Actuar en el campo de la educación a nivel nacional, es una
primera consecuencia que parece deducirse cuando se plantee una política
museística. Y la formación y divulgación de conocimientos sobre los museos ha
de impartirse, aunque no con igual orientación y método, a los profesores que
enseñan y a los alumnos que aprenden. Ambos deben estar convencidos y valorar y
utilizar la función pedagógica que los museos efectúan.
Hoy se incluyen en los planes de estudio estatales, desde las
escuelas primarias a la universidad, la temática que desarrollan la Museografía
(conjunto de técnicas y practicas relativas al funcionamiento de un museo) y la
Museología (la ciencia que trata de los museos, su historia, su influencia a la
sociedad, y las técnicas de conservación y catalogación) así como las metas que
se proponen alcanzar. Las visitas a los museos están programadas y los alumnos
se familiarizan con sus contenidos.
Así se logra que el mismo museo sea varias
veces visitado por una persona a lo largo de su vida: de niño, de joven, de
adulto y como padre acompañado de sus hijos. Hay que vender la idea "de que el
museo es un centro cultural y pedagógico que yo debo conocer". Los museos
tienen precios muy accesibles y siempre hay días y horas de entrada gratuita
para el público y de acceso gratuito para menores de 17 años, ciudadanos de la
Unión Europea mayores de 65 años, profesores, estudiantes menores de 25 años,
etc.
Cada vez los museos evolucionan y
mejoran sus instalaciones para atraer a más visitantes: señalizar con más
claridad los recorridos, por las salas, utilizar un cícero de letra más grande
y claro en las fichas colocadas junto a las obras y la altura conveniente para
poder ser leídos cómodamente por el visitante. Tener presente, que los
diseñadores gráficos a quienes se encarga la confección de fichas y carteles,
buscan más la estética en el encuentro visual, la armonía y la discreción en el
conjunto, que la claridad que debe acompañar al "mensaje que busque al
visitante", y no a la inversa como normalmente sucede.
Al parecer, también se considera que
el 90% de los Museos no son aptos para personas con discapacidad auditiva, que
no pueden enterarse de las explicaciones de los guías.
Desde hace unos años, los Museos han
aprovechado las nuevas tecnologías: Internet, y han surgido los Museos Virtuales "ON Line", que permiten
llevar la cultura del Museo al domicilio del visitante. Su número ha aumentado
en millones, al tener todos los grandes Museos
Físicos del Mundo, sus exposiciones virtuales permanentes, de fácil acceso
y de coste gratuito.
La creciente presencia de los museos
en las redes sociales, según Jane Burton, jefa de contenidos web y directora
creativa de Tate Modern (Londres), señala que los visitantes tradicionales de
los museos: turistas, intelectuales y jubilados han aumentado. "La gente está
más al día, quiere saber más y poder opinar, Hemos notado muchísima afluencia
de jóvenes en los últimos años". "Las redes sociales suponen un incremento
espectacular que rompe fronteras y distancias".
La existencia de estos nuevos medios
en las redes sociales convivirá con los canales tradicionales de comunicación
de los museos y ambos caminarán por nuevas vías que confluirán y darán un mayor
impulso al desarrollo del Museo.
Todo lo señalado constituyen un
valioso elemento del amplio concepto de la Cultura, definida por la UNESCO como
"una experiencia humana difícil de
definir, pero la reconocemos como la totalidad de medios que los hombres crean
dirigidos a la vida. Es un proceso de
comunicación entre los hombres; es la esencia del ser humano".
Invitamos al amable lector que
visite los museos de su ciudad y cuando haga turismo, los que se encuentre en
su itinerario y también que realice visitas virtuales a las grandes
exposiciones del mundo, en la seguridad de que estas visitas dejaran una
profunda huella en su ánimo, sensibilidad y cultura.
Fernando de Salas López, es el autor del libro:
El Museo
Cultura para todos (Madrid, 1980)