Felipe Alcaraz descubre en su última 'nivola' que 'un Borbón se cae a pedazos, pero no abdica jamás'

Si don Miguel de Unamuno levantara la cabeza... calificaría "La disciplina de la derrota" como una 'nivola' de Felipe Alcaraz; es decir, como un neologismo para distanciar al autor de su obra. Y la calificaría así porque, como ya hiciera Alcaraz en "Tiempo de ruido y soledad", el primer volumen de la trilogía "Los días de la Gran Crisis", el autor nos sumerge en este segundo volumen en un mundo tan real como la vida misma, pero rodeado de una 'Niebla' entre mística y onírica que no nos puede dejar indiferentes.

Alcaraz es un comunista incorregible, y esa tinta roja que le engalana tenía necesariamente que desbordar los límites de lo políticamente correcto para saltar a la crítica apasionada de una porquería de sociedad que vamos a dejar como herencia a los que viene detrás. Alcaraz no se muerde la lengua -es decir, no sujeta la pluma- y llama a cada uno por su nombre. A unos los cita según el sustantivo que les ató el cura cuando los baño en el agua bendita; para otros utiliza sobrenombres, que ni el nombre de ellos ha de quedar para la historia, y otros, en fin, simplemente se los inventa.

Y de la pluma libre surge el librepensador, el que desde genuinas tácticas de agit-prop -que Alcaraz domina a la perfección- nos cuenta, en forma de 'nivola', la España que nos ha tocado vivir, disfrazando una conspiración verdadera con una 'conspiranoia' novelada. Pero todos los conspiradores de la 'nivola' -reina incluida- que querían que dimitiera el rey descubren, acaso con terror, que "Un Borbón no abdica jamás; se cae a pedazos, pero no abdica nunca".

"La disciplina de la derrota", que acaba de salir al mercado editada por Almuzara, es, en realidad, una crónica novelada referida a un año donde la crisis-estafa (sic) del capitalismo adquiere tintes de tragedia irreversible. Junto a los personajes que representan la crisis institucional -tratados por su nombre de pila... bautismal- y financiera, otros, a pie de calle, componen un tapiz de gente "derrotada pero no vencida", dice el autor, de gente sin miedo ni esperanza, que lucha por construir en positivo los términos de una nueva historia, desde la conciencia de clase, pero también desde la indignación y desde el instinto de supervivencia.

Y ahí están todos en esta crisis-trampa: desde el personaje colectivo 15M hasta el Rey y el grupo de cortesanos que organiza un intento de abdicación, pasando por Rajoy y Rubalcaba, Felipe González, Cayo Lara, Julio Anguita, Alberto Garzón, José Luis Centella, Baltasar Garzón, Federico Mayor, Emilio Botín, Rodrigo Rato... la ¿flor y nata? de la España venida a menos, junto a personajes imaginarios, que a veces parecen los más verosímiles.

Esta novela se convierte así en 'nivola', la crónica viva de un tiempo convulso en el que la mayor crisis conocida por el capitalismo concurre en España con una crisis institucional de trascendencia inédita; pero ambas coexisten con una movilización social de inaudita intensidad. Pero frente a esa crisis-estafa producto del capitalismo-trampa surge un movimiento integrado por personas sin miedo, dispuestas a luchar denodadamente para construir los confines de una nueva historia. Por eso dice el autor que es gente derrotada, pero no vencida.

Y en ese punto es donde aparece... España entera: reyes y reinas, torres y alfiles, caballos y peones; todos tienen un lugar asignado, un rol que jugar en el tablero de La disciplina de la derrota. Como dice el autor, en ese campo de batalla por ahora incruento se dan cita los honestos y los corruptos, los idealistas y los perversos, los héroes y los traidores...

Pero, ¿qué destino aguarda a cada uno de ellos? Es más, ¿qué destino aguarda a España y a los españoles?...

Sobre Felipe Alcaraz

Felipe Alcaraz Masat (Granada, 1943) es doctor en filología románica, con una tesis sobre el concepto materialista de la literatura; se dedicó a la política durante un largo periodo, tras desarrollar una labor académica en la Universidad de Jaén a lo largo de quince años como profesor de lingüística y crítica literaria; y ahora está volcado en su labor como escritor.

Es autor de tres libros de poesía y nueve novelas, entre ellas, "La conjura de los poetas" (Almuzara, 2010), dedicada a la biografía ideológica del poeta granadino Javier Egea, y "Tiempo de ruido y soledad" (Almuzara, 2012) y "La disciplina de la derrota" (Almuzara, 2013), primera y segunda parte, respectivamente, de la trilogía "Los días de la gran crisis". En la actualidad prepara un libro de poemas y el tercer volumen que cierra la trilogía.