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No sobra Carrasco, sobra la RTVA

No sobra Carrasco, sobra la RTVA

miércoles 13 de marzo de 2013, 17:58h
Cada vez que voy a mi ciudad natal, Arjona, en Jaén, a ver a mi madre, y eso suele ocurrir cada tres o cuatro meses más o menos, sufro una sobredosis de Canal Sur que me deja vacunado para el resto del año. Mi querida progenitora, que anda rondando los noventa años, es una fiel seguidora de "la nuestra", echen lo que echen y pongan lo que pongan. No se pierde ni un programa de La Copla, de La Báscula, del extinto Arrayán o de los niños y viejos con el omnipresente e insoportable Juan Imedio. Se lo pasa en grande aunque a mi me parezcan programas absolutamente horrendos, aburridos, catetos, tercermundistas y no le encuentre ni puñetera gracia al presentador que tan simpático les parece a buena parte de los andaluces y andaluzas de más de sesenta años. Claro que yo no soy un animal televisivo y también me aburren una hartá los gritos histéricos de la Princesa del Pueblo o del tal Jorge Javier en Sálvame de Tele 5 o los saltos piscineros de "tsunami" de Falete en Splash de Antena 3. Se nota que uno no está acostumbrado al opio del pueblo.

Dicen los expertos en audiencias que, desde la puesta en marcha de la TV digital, y la inflación de cadenas privadas, la audiencia de la RTVA ha caido en picado, llegando en los últimos meses a un tímido 10 por ciento de share. Y no lo entiendo porque casi en el ochenta por ciento de los hogares andaluces continuan fieles, pase lo que pase y emitan lo que emitan, a la cadena autonómica propiedad exclusiva de Pepe Griñán. De hecho sus informativos, malos y sectarios donde los haya, han sido siempre utilizados por el mandamás de turno, llámese Gaspar Zarrías o Susana Díaz, para glorificar las "hazañas" anticentralistas, antiderechistas, prosociales y pseudoprogresistas de la Junta. Ha sido, desde su fundación, allá por los años ochenta del pasado siglo, el principal altavoz que el PSOE ha tenido (y en estos años ha tenido muchos aliados públicos y privados en el panorama mediático andaluz) para magnificar cualquier logro propio o denigrar cualquier resbalón de la oposición.

Viene este párrafo inicial a cuento de la sorpresiva dimisión de su director general, Pablo Carrasco quien, después de que la Junta le rebajara el sueldo de 117.000 a 78.000 euros anuales, una 43 por ciento, con el fin de que no ganase mucho más que el propio presidente de la Junta, ha decidido dejar el puesto. Hombre, es verdad que ese recorte sí que es un palo y no los que han sufrido los funcionarios y los propios trabajadores del ente, pero no es menos cierto que Carrasco, a quien trajo Manuel Chaves de TVE y que fue el primer director general de la RTVA que pasó el paripé de ser nombrado por el Parlamento (con mayoría absoluta del PSOE, claro) y no a dedo como los anteriores, estaba aquí por la pasta y solo por la pasta. Y dadas las actuales circunstancias, de recortes y escasez de dinero, Carrasco ha hecho lo que Woody Allen, toma el dinero y corre. Antes, eso sí, nos ha dejado a los andaluces con dos canales con la misma cadena. Algo inaudito. Con el cierre por falta de dinero de Canal Sur 2, la primera de la autonómica se repite como el ajo en el díal con una copia con lenguaje para sordos. Si no quieres caldo, dos tazas.

Resulta curioso comprobrar que Canal Sur, como es conocida popularmente la televisión autonómica andaluza, nos cuesta a todos un pastón cada año. Mas de cien millones de euros, que se dice pronto, para financiar una televisión que da empleo a cerca de dos mil profesionales y que ha centrado su programación en el folklore más rancio, en la manipulación informativa y en la catetería más soez. Pero ese no parece ser el problema fundamental ya que tanto PSOE como IULV-CA están dispuestos a seguir tirando de presupuestos para pagar el déficit. El problema ahora es el de llegar a un acuerdo con el PP para el nombramiento del sustituto de Carrasco. Como son necesarios dos tercios de la Cámara para aprobar su nombramiento, Griñán no va a tener más remedio que pactar el nombre con el PP y eso, ya se lo anticipo, va a ser bastante complicado. Los populares van a jugar sus bazas sin prisas y pidiendo contrapartidas importantes. Así que, mientras los políticos deciden o no quién se hace cargo del cargo (valga la redundancia), le deseo la mejor de las suertes a Joaquín Durán a quien le acaba de caer un pastel y un marrón bastante complicado.

Porque, en el fondo, lo que está en debate no es el nombre del director general, que también, sino el modelo de televisón autonómica. No es que sobre Pablo Carrasco, Salvi Domínguez, Rafael Camacho o Joaquín Marín, por poner algunos ejemplos de anteriores directores generales de Canal Sur, lo que sobra es la propia RTVA que ha sido un pozo sin fondo donde se han tirado durante casi tres décadas miles de millones de dinero público para loor y gloria del partido gobernante. Quizás convendría plantearse de una vez su privatización o, si no se pudiera, apostar por cumplir lo que dice el Estatuto de Autonomía en su artículo 210 que establece expresamente que "el servicio y la gestión de la radiotelevisión de Andalucía tienen carácter público y se prestarán mediante gestión directa". Y para que no quede ninguna duda, el apartado final de ese mismo artículo insiste nuevamente de forma expresa en que "la Junta de Andalucía gestionará directamente un servicio de radiotelevisión pública". Y el artículo 211 añade que orientará su actividad a la promoción de los valores educativos y culturales andaluces, respetando, en todo caso, los principios de independencia, pluralidad, objetividad, neutralidad informativa y veracidad. ¿Valores educativos y culturales? ¿dónde, en qué programa? ¿Pluralidad, objetividad, neutralidad? ¿dónde, en qué informativos? Seamos serios, Canal Sur pide una renovación en toda regla, en todas sus estructuras y objetivos y no sólo en el nombre del "currito" que vaya a dirigirla.
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