Ayer tuve un sueño

La famosa frase de Martin Luther King en las gradas del Lincoln Memorial tras la marcha sobre Washington, por lo demás recurrente, acaba de cumplir ahora cincuenta años y, como es habitual, está siendo utilizada en todos los ámbitos sociales como coletilla y muleta de diversidad de chorradas, sobre todo políticas. La última en citarla ha sido la futura presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, ante el Comité Director de su partido en el acto en el que el PSOE-A la ha ratificado por unanimidad y "aclamación" como candidata a la Presidencia de la Junta. Pese a las destacadas ausencias de personalidades claves en el socialismo andaluz como Manuel Chaves o Luis Pizarro, todo se desarrollo según el guión previsto. Susana dio las gracias a Pepe Griñán, como no podía ser de otra forma, por su "generosidad" al cederle "dedocraticamente" el puesto al que siempre aspiró, y aseguró que será "implacable" contra la corrupción. Ya veremos cuando se enfrente a la resaca de los EREs. Su sueño, sin embargo, no es otro que la utopía decimonónica que ya defendió en su momento Pablo Iglesias, "una sociedad donde no exista la desigualdad". 

Esperemos que esa desigualdad se palie también en el tratamiento de favor de la Junta hacía los compañeros del PSOE de la UGT o de Comisiones Obreras. Hasta ahí, nada nuevo bajo el sol. Las mismas o similares palabras ya las dijo su antecesor hace cuatro años cuando heredó el puesto de manos de Chaves y hace año y medio cuando, gracias al apoyo de IULV-CA,  volvió  entrar como inquilino del Palacio de San Telmo. Pero claro, las palabras se las lleva al viento y a estas alturas de la película los andaluces hemos podido comprobar fehacientemente que no sólo no sirven para nada, sino que son meros brindis al sol cuando no absolutas mentiras. Porque seamos serios. El verdadero sueño de Susana Díaz, desde que entró con dieciseis años en las Juventudes Socialistas de Andalucía, no ha sido otro que el de escalar puestos para hacerse con el poder y el control del partido. Y no le ha importado lo más mínimo ir dejando cadáveres de compañeros a sus espaldas. Entre ellos están José Antonio Viera, Gaspar Zarrías o Luis Pizarro, incluso el mismísimo Manuel Chaves, entre otros muchos. Representante idónea del "aparato" socialista y su más estricta ortodoxia, siempre ha sabido jugar sus cartas y colocarse en esas medias tintas en las que, como su mentor, Pepe Griñán, se ha movido con solvencia y suficiencia sin mojarse demasiado, sacando provecho de cualquier circunstancia adversa como ocurrió en el Congreso de Sevilla donde apoyó sin paliativos la candidatura de Carmen Chacón. 

No hay por lo tanto que infravalorarla y es muy posible que, además de la Presidencia de la Junta de Andalucía, que alcanzará el próximo día 7 de septiembre, se haga también con la Secretaría General del PSOE-A en un plazo no demasiado largo. Para ello tendrá que esperar a que Pepe Griñán concite voluntades en todas las provincias para que el apoyo territorial a Susana Díaz sea tan unánime como el que él tuvo cuando defenestró en 2011 a Manuel Chaves. Así las cosas, algunos ex dirigentes socialistas comienzan a hacer leña del árbol caído y arremeten contra las formas y el fondo de Pepe Griñán. El que fuera delegado del Gobierno de Rodríguez Zapatero en Andalucía, el onubense Juan José López Garzón, laminado en su momento por los griñanistas, acaba de publicar una tribuna en los diarios del Grupo Joly en la que, bajo el título de "Flor que toca se deshoja", pone a caldo a ex presidente y ni deja títere con cabeza. Dice López Garzón que la especialidad de Griñán "torcer lo que iba o podía ir bien" gracias a lo que él llama su "neutralidad activa", es decir el jugar con varias barajas para sacar provecho de todas las situaciones posibles. No le falta razón, pero se equivoca si cree que la nueva presidenta de la Junta y futura secretaria general del PSOE-A, va a ir por distintos caminos. Susana ha aprendido bien la lección y jugará sus bazas con los mismos ases escondidos que su mentor. La única duda que aún tengo es si será capaz de soprtar la presión de sus socios de Gobierno y permitir que IULV-CA se apunte los "exitos mediatícos" que ha logrado en este año y medio de Legislatura con las medidas demagógicas y populistas.

Por lo pronto, Susana Díaz ha conseguido hacer realidad uno de sus sueños, ser la primera mujer que presida la Junta de Andalucía, mucho antes de lo previsto. Habrá que esperar al menos los cien días de cortesía parlamentaria, para comprobar si ese añorado sueño no se convierte en una horrible pesadilla...y no sólo para ella, sino para la mayoría de los andaluces.