Tengo que confesarles que me ha
dado un ataque de envidia, así de la cochina, muy grande, muy grande, después
de ver las fotos de la boda de Tatiana Santo Domingo y Andrea Casiraghi. Además
de estar mega forrada, que sí, que ya sé que el dinero no da la felicidad pero,
oigan, esta muchacha no tiene que hacer cuentas en Mercadona como servidora,
además, decía, es guapa, joven (esto sí que me da una rabia que me muero), es
estilosa, pasa de todo, tiene un hombre derretido a sus pies (príncipe, para
más señas) y un hijo de esos bolita que te lo comes por los pies, hace diseños
que nadie compra pero como si a ella le importara. Y por si esto no fuera
suficiente va y la tía y se casa en una estación así como nada cutre, Gstaad,
por todo lo alto, vestida de reina de las nieves, con una capa de armiño
blanco, una tiara como la que tienen mis hijas de los chinos para las muñecas
pero esta de verdad y con invitados todos ellos guapos, delgados, ricos, sin problemas.
¡Qué asco, de verdad! ¿Por qué, Señor, por qué unos tanto y otros tan poco?
Si quieren morirse de la envidia
o darle a la lengua a criticar porque sí no dejen de comprar el Hola. Es para
morirse. ¡Qué bodorrio!, ¡qué poderío! Pero este es con clase, no como los
bodorrios de los nuevos ricos que aprovechan la ocasión para ponerse todas las joyas
que pillan a su paso.
Y como no hay dos sin tres, pasas
página y ahí ves a Carlota de Mónaco paseando a su bebé con su pareja, el
cómico francés. ¿Pensaban ustedes que tenían una crisis por haber tenido un
bebé? Ja, eso, le pasa a la gente normal y corriente, no a las princesas.
La revista Hola (y Love también)
nos quieren demostrar a los españoles de bien que la cosa de los herederos
funciona, es decir que Felipe y Letizia no están pasando ninguna crisis. Vamos
que, según las imágenes que nos quieren mostrar, la vida de los herederos es un
j aja ja constante. Que trabajan duramente de lunes a viernes y los fines de
semana van al cine (en versión original), toman copas y baila. Vale. Pos me parece dabuti. Vamos, igualita que Máxima, que va por la vida encantada con sus curvas, con su sonrisa y con su buen hacer. Leti, de verdad, deja de pincharte (la cara) Estás empezando a parecerte a la figura tuya del museo de cera. No estás guapa, en serio. Nada guapa.
Por unas cosas o por otras no nos
libramos de tener a Terelu en portada semana sí, semana también. Y eso que ya
se ha retirado. Esta vez es porque Jorge Javier Vázquez, en su especie de "diario"
en la revista Lecturas, habla de ella. Dice que tiene algunas cosas malas. Al
contrario que él que, claro, las tiene todas buenas. En fin.
Sara Carbonero ha ido a vacunar a
Martín. Con Iker. Varias cosas al respecto. Primero, se muestra pro vacunas (no
se crean, en esto también hay corrientes) Segundo, dice que llevaba días en
casa en pijama. Miren, se muestra como una mujer normal recién parida (perdón,
que tuvo cesárea y no se puede decir que ha parido que me lapidan), tercero, ha
comentado en su blog que da el pecho para regocijo de las que sólo hablan de la
teta, la teta, la teta, la teta y la madre que la parió. Fin de la cita.
Carolina Cerezuela, la mujer que
nunca se separa de su madre, ya está a puntito de dar a luz (es un decir porque
le quedan todavía tres meses). Será el tercer retoño, otra niña. Tiene a Carla
y al otro niño que no recuerdo cómo se llama. Bueno, pues eso, que la rubia se
pasea estupendamente y se prepara para ser familia numerosa.
Autora: La jefa de las Marujas