"La situación me preocupa desde ese punto de vista", dijo Rajoy en
una rueda de prensa en Milán en el marco de la Cumbre ASEM (Europa-Asia)
al referirse a las peores perspectivas económicas de países como
Francia o Alemania, principales socios comerciales de España, así como
de Italia.
"Nos gustaría que a nuestros socios les vaya lo mejor posible",
dijo el presidente español, quien, no obstante, consideró que "lo peor
en España ha pasado y creo que en Europa también".
En este sentido, Rajoy subrayó que el Gobierno español no va a
cambiar sus previsiones macroeconómicas, que anticipan un crecimiento
del 1,3% este año y del 2% el siguiente, a pesar de que otros países,
como Alemania, hayan revisado recientemente y de forma significativa sus
expectativas para 2014 y 2015.
Por otro lado, el presidente del Gobierno destacó la labor del
Banco Central Europeo (BCE), que ha tomado "algunas decisiones
importantes en las últimas fechas", en alusión a la facilidad negativa
de depósito, a las subastas condicionadas de liquidez y a la compra de
titulizaciones y cédulas hipotecarias.
Asimismo, Rajoy recordó que el BCE tiene que guiarse por lo que
dicen los tratados en cuanto a la inflación, cuyo objetivo de
estabilidad se sitúa algo por debajo del 2%.
A este respecto, el presidente apuntó que, aunque una baja
inflación tiene algunos efectos positivos para España, porque los
trabajadores ganan poder adquisitivo, "se necesita un poquito más de
inflación" y sugierió que "una buena inflación sería entre el 1,5% y el
2%".
Sin embargo, Rajoy reconoció que el BCE no puede por sí sólo
resolver todas las dificultades por lo que es "muy importante"
perseverar en las reformas.