"DEL TINGO AL TANGO"

El miedo forma parte de nuestras vidas. Sin miedo la especie no subsistiría. El miedo es lo que nos hace ser más sabios al aprender de nuestros errores y nuestras
ignorancias.

Recientemente en un vuelo a Casablanca nos trajeron a una señora deportada por un problema con su documentación y la de su bebe Justo antes de
subirse al avión, y al ver la puerta de la furgoneta abierta, decidió escapar en dirección al vacío visual que supone una gran plataforma transitada por aviones.
Corrió y corrió dejando a su bebé detrás, hasta que los miembros de la Policía Nacional la interceptaron y devolvieron esposada a la furgoneta.
 Sus ojos y los gritos que lanzaba no mostraban odio ni animadversión a los policías, pero si un miedo muy intenso. ¿Qué clase de terror ha de sentir una madre para
abandonar a su hijo y salir corriendo hacia la nada? Existe el miedo a volar, pero en este caso el miedo no era por el avión, sino de lo que la esperaba al llegar a su mundo en África.
¡Quién sabe qué clase de circunstancias debería afrontar allá...!
Hay muchas formas de miedo... una de ellas es, sin duda, el miedo a volar.
Existen muchos grados en el "miedo a volar", y todos los sufrimos en alguna medida. Desde el pasajero que tras tomarse unas pastillas que le han recomendado - pero nunca antes ha usado - pierde el control de sí mismo y se convierte en alguien irreconocible  (gritos, peleas, desnudos, voces, lloros...) hasta el más normal que, aun sintiendo que no controla su entorno, acepta las circunstancias y asume el riesgo que le provoca su miedo.
El transporte aéreo es un fenómeno contranatura para el ser humano. La parafernalia del aeropuerto, el cacheo en los controles de seguridad, la "tensa" espera, la comida, los cambios de presión, la falta de humedad en el aire... todo es diferente a la vida "normal" sobre el suelo.
Es normal sentir "algo" de miedo a volar. La gran mayoría de las personas que me cuentan sobre su miedo a volar son gente normal, personas alegres y generosas que llevan vidas muy normales, pero limitadas en cuanto a sus horizontes: nunca irán a la Playa de Maspalomas... nunca "cruzarán el charco"... nunca pasearán por la Plaza Roja de Moscú...
 
Es una lástima, y desde aquí las invito a que pregunten y aclaren sus dudas. Siempre he notado que tienen grandes lagunas sobre el fenómeno del vuelo, muchas preguntas sin respuesta. Conozco algún caso especialmente sufrido pero que, se ha conseguido recuperar y ahora vuela, disfruta del viaje y está deseosa de
volver a volar... Hay esperanza para superar ese miedo. Hay un mundo precioso por descubrir...
 
Quizá sea interesante para algunos, y práctico para muchos, que pueda profundizar otro día en racionalizar "mi oficina" y "mi mundo" para minorar ese temor...
 
"De nuevo les habla el Comandante... estamos llegando a nuestro destino y les agradezco que nos hayan elegido para volar hasta Madrid. A pesar del pronóstico no hemos tenido casi turbulencias como parecía a priori, así que espero hayan disfrutado del vuelo y les deseo un muy feliz día..."
Francisco Juan López Medina
Comandante de Línea Aérea.