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Jiménez Fortes, estable dentro de la gravedad de la tremenda cornada que sufrió en el cuello

Jiménez Fortes, estable dentro de la gravedad de la tremenda cornada que sufrió en el cuello

> Preocupan las futuras secuelas del percance

martes 18 de agosto de 2015, 10:08h
Estable dentro de la gravedad. Que no es poco. Tal es la situación médica de Saúl Jiménez Fortes, tras la gravísima cornada en el cuello que sufrió este domingo pasado en el coso de Vitigudino (Salamanca). El coletudo, operado durante cuatro horas, se encuentra ingresado en la UVI del Hospital Clínico Universitario de Salamanca, donde está previsto que permanezca al menos un par de días más. Por fortuna, no se teme por su vida, aunque sí por las posibles secuelas.
Unas secuelas que preocupan y mucho en su entorno familiar y al propio apoderado del valiente torero, como explica su apoderado Nemesio Matías en declaraciones a la agencia Efe: "Todos estamos consternados, pero hay que seguir el consejo médico y tener paciencia". La preocupación es lógica si se tiene en cuenta que Jiménez Fortes tiene afectada la lengua, la región nasal t el paladar, todo ello con graves destrozos. Incluso el pitón del toro llegó a la base del cráneo, aunque no parece presentar daños.

Y es que el malagueño parece tener una cita negra con el destino por los muchos percances que ha sufrido, con sólo 25 años, y lleva ya marcadas en su cuerpo un número importante de cornadas, la más grave, sin duda, esta última. Su padre, Gaspar Jiménez, que fue banderillero, y su madre, la torera Mary Fortes, llegaron en la madrugada del lunes a la capital salmantina, y, desde entonces, no se separan de la puerta de la UVI, acompañados en todo momento por su hija, Verónica, miembros de la cuadrilla y el apoderado.

Percance más grave que el de San Isidro

El concepto del toreo de Saúl Jiménez Fortes, de apabullante quietud y valor, le ha hecho convertirse en uno de los espadas más castigados por los toros en los últimos años, enfrentado con la tragedia y con su propia mala suerte, pues la de ayer es la segunda cornada que sufre este año en la misma zona, en el cuello, después de la que cobró también hace tres meses en la Feria de San Isidro. La imagen del torero taponándose la herida del cuello antes de ser llevado por las cuadrillas a la enfermería de la Las Ventas dio la vuelta al mundo.

La fortuna, aquella vez, estuvo de su parte, ya que, a pesar de los momentos tan delicados que también se vivieron, al final resultó ser una herida limpia de la que se recuperó antes de lo que se podía imaginar. Pero es que un año antes, y también por San Isidro, Fortes fue también uno de los protagonistas de la ya histórica tarde en la que, por percance de los tres toreros, la corrida tuvo que ser suspendida a la muerte del tercer toro. Entonces sufrió una fuerte cornada en el muslo, muy parecida a la que padeció también en 2011 cuando aún era novillero.

Esta vez la situación es bien distinta. La vida de Jiménez Fortes ha vuelto a ser sorprendida por el drama de un gravísimo percance, justo cuando atravesada en el mejor momento de su carrera, cuando su toreo, además de valiente, se había depurado de una manera que le habían convertido en uno de los jóvenes espadas más en alza. Ahora sólo queda esperar a que los doctores que velan por su vida en Salamanca den nuevas noticias. Fortes seguirá sedado y en la UVI durante varios días más.
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