“El presidente del Gobierno ya ha dicho públicamente que quería contar con los dos vicepresidentes [del Gobierno] y yo, desde luego, estaré con lo que diga el presidente del Gobierno”. Así lo ha confirmado la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, tras la reunión del Ejecutivo este viernes, en cuya habitual rueda de prensa estuvo acompañada del ministro de Cultura, César Antonio Molina.
Ambos fueron interrogados sobre las recientes decisiones de Rodríguez Zapatero de ‘confirmar’ –si el PSOE gana las elecciones- a Pedro Solbes como vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía y a José Bono como cabeza de lista por Toledo y presidente del Congreso de los Diputados en sustitución de Manuel Marín. Uno y otra se apresuraron a confirmar su disponibilidad para seguir en el cargo. Molina irá en las listas como candidato por A Coruña y “será un honor seguir siendo ministro; pero es una facultad del presidente, que es quien nombra, y no hay nada más que decir sobre esto”.
Fernández de la Vega, por su parte, tras señalar que “los temas del futuro gobierno los hablemos cuando hayan pasado las elecciones por respeto a la ciudadanía”, añadió, sin embargo, que “tengo la confianza del presidente y me ha seguido manteniendo la confianza, pero hay que respetar los tiempos”. Y aún abundó más de la Vega: “El presidente cuenta y va a seguir contando con los mejores representantes públicos… lo ha hecho con el vicepresidente Solbes, lo ha hecho con Bono… Si se refiere a mi persona, el presidente del Gobierno también lo ha dicho, pero a mí no me gusta hablar de estas cosas”.
En fin, que todo parece indicar que al menos de la Vega está bien posicionada en un futuro hipotético gobierno de Rodríguez Zapatero, y que Molina también. Otra cosa son los ministros como ‘Maleni’ Álvarez, sobre cuya valoración no quieren ni entrar a discutir en el propio Ejecutivo.
Pese a ese silencio impuesto, la vicepresidenta sí ha desmentido que se hayan alcanzado compromisos presupuestarios con el PNV y el BNG para que apoyaran el pasado martes a la ministra de Fomento frente a la reprobación planteada por IU-ICV y de la que la ministra salió ‘ilesa’ gracias a su propio voto, a los de los partidos citados y a dos ‘tránsfugas’ (Calomarde, ex PP, y Román, ex Coalición Canaria).
Se ha hablado de que ese apoyo nos ha costado más de 60 millones de euros, pero de la Vega ha dicho que “los únicos acuerdos son los alcanzados en el Congreso de los Diputados durante el debate presupuestario”. Es decir, que rechaza la mayor, aunque reconciendo que se ha mantenido y se seguirá manteniendo una relación excelente con el BNG y que, incluso, habrá una entrevista entre Rodríguez Zapatero y el líder nacionalista Antxo Quintana para amarrar aún más esas excelentes relaciones.
Por otro lado, De la vega ha reconocido, como no podía ser de otra forma, que los ciudadanos tienen derecho a manifestarse, un derecho que asiste a los catalanes que este sábado han sido llamados a las calles para protestar por la gestión del AVE y otras infraestructuras. La manifestación, como se sabe, estará encabezada por Jordi Pujol, Artur Mas y Durán i Lleida, de CiU, y desde luego por la cúpula de ERC. Y ahí es donde de la Vega ha puesto su acento peculiar: “[la manifestación se celebra] el mismo día en el que se restablecen los servicios de cercanías”.
Finalmente, el Gobierno ha rechazado las críticas que provienen sobre todo de CiU por la forma de contabilizar las balanzas fiscales, de las que se deduce que Madrid aporta mucho más que Cataluña. “El Gobierno ha cumplido con su compromiso”, dijo de la Vega, recordando que los expertos han fijado una metodología, un modelo único, pero con dos fórmulas distintas de cálculo y se han elaborado datos comunes que pueden servir de cálculo a distintas aproximaciones de las balanzas fiscales: “La solidaridad está funcionando y la renta entre las distintas regiones de España se ha reducido diez puntos en los últimos años. Así es y así debe ser”.