www.diariocritico.com

Regreso al pasado, segunda parte

viernes 23 de octubre de 2015, 15:47h
Se acaba de cumplir la fecha señalada en la película de Robert Zameckis, “Regreso al futuro” en la que el coche de Marty y Doc acceden al futuro, ya saben el 21 de octubre de 2015, y en cierta medida hemos podido comprobar que por muy vivaz que sea la imaginación de los guionistas cinematográficos, hay veces que la realidad supera cualquier fantasía. Pero permítanme que utilice el título del mítico film para referirme a algo que en lugar de colocarnos en un futuro más o menos feliz, nos retrotrae a épocas pasadas que todos deberíamos olvidar.

Me refiero a las pamplinas y ocurrencias que el líder del PSOE, Pedro Sánchez, está poniendo sobre la mesa con la intención, dice, de incluirlas en el programa socialista para las próximas elecciones generales del 20 de diciembre. Entre ellas está, cómo no, el desterrar la religión, católica por supuesto, de los colegios. Otra vuelta de tuerca atrás en el tiempo. Regreso al pasado, a los terribles años treinta del pasado siglo cantando a los sones del himno de Riego aquello de “si los curas y las monjas supieran la paliza que les vamos a dar, pasarían el día cantando libertad. libertad, libertad”. Un debate, el religioso, que debería estar más que superado por una sociedad moderna en la que Iglesia ha dejado de ser ese cuarto poder que condicionaba gobiernos y es más una especie de ONG multinacional y multiclasista que colabora con el Estado y aveces sin su apoyo en la ayuda a los necesitados. Desde el Papa Francisco a Cáritas, los ejemplos de lo que es actualmente la Iglesia católica poco o nada tienen que ver con los obispos que sacaban a Franco bajo palio. Afortunadamente para todos.

De nuevo el anticlericalismo como bandera y estandarte de la progresía de izquierdas. Como si el próximo Gobierno que salga de las urnas antes de Navidades no tuviera otros problemas que resolver más importantes que el de la religión en los colegios. Pero es algo a lo que suelen acudir siempre que no tienen ideas, un macguffin que suelen utilizar para entretener al personal y que no se plentée otras preguntas de más difícil respuesta. Como la Alianza de Civilizaciones de Zapatero. Sinceramente yo pensaba que Sánchez tenía más cualidades y recursos para remontar el fracaso que le auguran las encuestas. Tener que recurrir a chorradas como el anticlericalismo para atrarerse el voto de la izquierda que se le está yendo a raudales hacia Podemos es una postura que, como un boomerang, se le puede volver en contra a las primeras de cambio. La presidenta andaluza. Susana Díaz, que para esto es la más lista de la clase, se ha descolgado de la propuesta afirmando que no se aplicará en Andalucía. Y es que ella sabe, como debería saber Pedro Sánchez, que más de la mitad de los votantes socialstas se declaran católicos y no está el patio como para perder también votos por el centro que se irían a Ciudadanos.

Y es que estamos en lo de siempre. Regresando al pasado para ver si aprendemos algo de lo que ha ocurrido en este país aun llamado España desde que vivimos en democracia. Los que tenemos ya una edad y llevamos analizando procesos electorales desde hace casi cuarenta años sabemos que la victoria en las elecciones generales la dan tres millones de votos de centro que oscilan a un lado o a otro según sople el viento de las conveniencias. Esos tres millones de votos de centro sin filiación conocida le dieron la victoria a la UCD de Suárez, al PSOE de Felipe González y de Zapatero y al PP de Aznar y Rajoy.. A diferencia de otro comicios como las municipales o las autonómicas, y no digamos ya las europeas, las elecciones generales son mucho más predecibles. Y aunque en esta ocasión el clásico bipartidismo puede resentirse por la entrada en escena de los llamados partidos emergentes, Podemos y Ciudadanos, no parece que estemos en el fin de una época.

Considero que los dos partidos mayoritarios necesitan sufrir un rapapolvo, una catarsis que les obligue a ponerse las pilas y reconducir una penosa situación de corrupciones políticas que los han puesto al borde del abismo.Pero también creo que ambos partidos, PP y PSOE, siguen siendo necesarios para dar estabilidad a un país que no puede caer de la noche a la mañana en manos de unas fuerzas políticas sin experiencia alguna de gobierno y cuyos programas siguen siendo, aún y pese a estar gobernando en las ciudades más importantes, una incógnita. Estoy convencido de que el 20 de diciembre los españoles no se van a arriesgar a pones el Estado en manos de algunos personajes que quieren que el futuro de España nos recuerde más a tics dictatoriales de una época que ya forma parte de nuestra reciente historia y que debería quedarse solamente en los libros para que no se vuelva a repetir.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios