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‘El grito en el cielo’, o cómo ve La Zaranda el memento mori
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‘El grito en el cielo’, o cómo ve La Zaranda el memento mori

lunes 18 de enero de 2016, 19:12h

Hace algunas semanas publiqué un artículo sobre la inmensa dificultad que existe entre nosotros para hablar claramente de la muerte. Lo titulé ‘La cara B de la vida’. Ahora, la legendaria compañía andaluza La Zaranda -¡38 años la contemplan!- ha estrenado en el Teatro Español de Madrid, ‘El grito en el cielo’, que trata sobre la vejez -o “la antesala de la muerte”, como dice uno de sus personajes- y cómo nos enfrentamos a ella.

Estamos en Nueva alborada, una residencia de mayores que cuenta con el “último grito en técnicas eutanásicas”. Allí son frecuentes las sesiones de rehabilitación, la potenciación de la memoria, la terapia ocupacional, el “fluir biodinámico” (con ayuda de una pelota medicinal), pastillas en lugar de aperitivos (para tratar el ictus, artritis, artrosis, circulación, osteoporosis…), cortos paseos y a dormir. Y mañana, vuelta a empezar, hasta que un día la parca viene a visitar al ocupante de la cama contigua, y la inevitable pregunta entre los compañeros es si “yo seré el siguiente…”. Esa es la vida cotidiana de cuatro ancianos que -como hacían los enfermos mentales en ‘Alguien voló sobre el nido del cuco’, la película de Milos Forman (1975)- intentan huir de la institución geriátrica de nuevo cuño, en donde el falso optimismo parece ser el lema impuesto a base de repetición tras repetición a todos los ancianos.

Los acordes de música cubana (mambos de Pérez Prado), de Tannhäuser y Wagner intentan reforzar en los internos esa idea de que habitan en el paraíso, pero no es razón suficiente para que esos cuatro ancianos no intenten largarse de allí, a pesar de sus dudas iniciales: “Si no sabemos adónde vamos y dónde estamos, para qué nos vamos?”. Pero su certeza es aún mucho mayor que sus dudas: “Nos van a matar, nos van a dar el finiquito”.

Ácido

El texto de ‘El grito en el cielo’’ es de Eusebio Calonge, y discurre entre el existencialismo, el nihilismo, el absurdo y un humor negrísimo y ácido. Una función que comienza ya con un inquietante y familiar pitido para quien ha pasado por un quirófano o una unidad de cuidados intensivos, ese “piii-piii-piii” que monitoriza el latir del corazón con esa cadencia constante que alerta de la vida pero que si esta se apaga, se transforma en un sonido prolongado, eterno, inquietante y definitivo. Sí, aquí se habla de la vejez, de la muerte y de lo que hay -o no hay- después de la muerte, del más allá: “tempus fugit” y “memento mori”.

Para hablar de todo ello, a La Zaranda no le hace falta más que cinco actores extraordinarios -Celia Bermejo (anciana), Iosune Onraita (enfermera), y los ancianos Gaspar Campuzano, Enrique Bustos y Francisco Sánchez-, los cuatro ancianos, magníficamente caracterizados. Se mueven en un espacio escénico prácticamente desnudo -obra de Paco de la Zaranda, que también dirige el montaje-, con cuatro jaulas metálicas -que el espectador transforma fácilmente con su imaginación en camas, ascensor, o túnel, en función de lo que se propone en escena-, unas sábanas y ropas de los ancianos. La iluminación, del mismo Eusebio Calonge, cobra aquí también una importancia capital para subrayar cuanto ocurre, a mitad de camino entre la ensoñación, la inquietud, el absurdo y la más cruda realidad de todo ser humano.

El final abierto, críptico y hasta poético de ‘El grito en el cielo’ permite todo tipo de interpretaciones, en función de la ideología o la sensibilidad del espectador, y van desde la sensación de que es la eutanasia la que se ha impuesto o, por el contrario, que lo que ha triunfado ha sido la liberación del alma de esos cuatro ancianos rebeldes.

Y el humor de La Zaranda es tan inteligente y refinado que, con uno u otro final, cuando los cuatro personajes que con la mayor de las dificultades -sus condiciones físicas, obviamente, están muy deterioradas-, han conseguido subirse a lo más alto de sus jaulas respectivas, desaparecen con el apagón final, y no vuelven a salir a escena para responder a los aplausos del público. Genial, un momento genial, que no he visto en mis más de 40 años de espectador. ¡Larga vida a La Zaranda!...

El grito en el cielo

Texto e iluminación: Eusebio Calonge

Dirección y espacio escénico: Paco de La Zaranda

Intérpretes: Celia Bermejo, Iosune Onraita, Gaspar Campuzano, Enrique Bustos y Francisco Sánchez

Teatro Español. Madrid

Hasta el 14 de febrero de 2016

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