www.diariocritico.com
Y ahora, a reformar la Constitución

Y ahora, a reformar la Constitución

jueves 06 de diciembre de 2007, 15:04h

Observamos alta temperatura política, nervios y una cierta crispación en el acto de conmemoración del 29 aniversario de la Constitución. Un acto sin coctel de celebración, porque el luto estaba en las corbatas y en las actitudes. Pero un acto con un tremendo discurso de despedida de Manuel Marín, que a todos nos sonó a regañina a sus colegas políticos: “no se puede permitir otra legislatura tan dura y tan ruda como la que hemos tenido”, les soltó a los allí presentes, que me dio la impresión de que no apreciaban precisamente –ni los socialistas ni los populares—los llamamientos del presidente del Congreso a “abrir la puerta a la grandeza”. A buen entendedor…

De lo que apenas se habló, cuando entramos ya en el año en el que se conmemorará el trigésimo aniversario de la entrada en vigor de nuestra ley fundamental, fue precisamente de la reforma de la Constitución. Sí lo hizo Mariano Rajoy, que ha propuesto en varias ocasiones públicamente cambios para fortalecer al Estado central y abandonar algunas ambigüedades. Los demás, comenzando por Marín, nada dijeron, aunque en privado todos reconocen la urgencia de introducir reformas de manera que ‘algo cambie para que todo siga igual’ y la carta magna de 1978 sirva para regir los destinos políticos de los españoles durante otros muchos años.

Pero, obviamente, en el aire tenso y animado por los abucheos procedentes de la calle, dirigidos especialmente contra los miembros del Gobierno, pero extendidos a otros, flotaba, no obstante, la idea de que esas reformas no podrán hacerse sin la aquiescencia de los dos ‘grandes’. Es decir, de socialistas y populares. Porque había representantes de otros grupos parlamentarios que, como es habitual, ni estaban en el acto ni se les esperaba, pese a que han acompañado al Ejecutivo en esta legislatura “dura y ruda”.

La verdad es que en las comparecencias ante los medios –que empiezan a ser ya tradicionales en esta jornada conmemorativa—de Zapatero y Rajoy no se apreciaron los ataques mutuos de otras ocasiones: más bien, vimos cómo ambos se contenían a la hora de hablar del adversario. Pero tampoco vimos, en absoluto, cordialidad. Puede, en todo caso, que ambos sepan ya que, como dijo Marín en su magnífico discurso; “hay que dejar de acumular reproches” porque “la presión de la opinión pública nos tiene que llevar a intentar el entendimiento sobre temas básicos de la democracia”.

Lo dicho: a buen entendedor…Pero ¿lo habrán entendido?

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios