Nadal ha vuelto... a estar entre los ocho elegidos para disputar los cuartos de final del primer grande del año: Australia. Eran varios años sin lograrlo, pero en esta su esperanzadora campaña todo puede ser. Máxime si el español fue capaz de derrotar a un duro rival como Gael Monfils: 6-3, 6-3. 4-6. 6-4. Su siguiente montaña a escalar será la de Milos Raonic.
El Abierto de Australia más extraño de la última década, en el que sorpresivamente han caído eliminados antes de alcanzar los cuartos de final los dos máximos favoritos, Murray y Djokovic -a la par primero y segundo en la clasificación mundial de la ATP-, tiene como uno de sus protagonistas a Rafa Nadal. El español, en una temporada que apunta puede ser la de su resurrección deportiva tras el 'annus horribilis' que fue 2016, tenía en octavos el siempre hueso duro de roer que es Monfils.
Pero el francés sólo pudo apuntarse el tercer set (4-6) tras perder con relativa facilidad los dos primeros por idéntico tanteo (6-3), y aunque el cuarto fue muy disputado, Nadal, camino otra vez de 'Supernadal', que en ningún momento perdió los nervios ni se le vió abrumado por la responsabilidad, se lo apuntó en la primera oportunidad del décimo juego (6-4).
Ahora se enfrentará a otro peligrosísimo enemigo, un Milos Raonic en ascenso que poco antes del partido del balear había dejado el cuadro austrliano sin el único otro español que sobrevivía, un meritorio Roberto Bautista, al que derrotó por 7-6 (6), 3-6, 6-4 y 6-1. Nadal ha cuelto.
Si (
No(
