Una estructura escénica en el estanque de El Retiro acogió, los días 12 y 13 de mayo, la gala "Una noche en el lago de los cisnes" de los bailarines Tamara Rojo y Carlos Acosta.
En el espectáculo con dirección de Loipa Araujo, se interpretaron los dos últimos actos de 'El lago de los cisnes' de Tchaikovsky, con una pequeña introducción para contextualizar la acción escénica. Este espectáculo, que se enmarcó dentro de las Fiestas de San Isidro, supuso la recuperación del estanque de El Retiro como escenario de espectáculos “acuáticos” como ocurría en el Madrid de Felipe II.
En esta ocasión el Área de las Artes se atrevió con la construcción de una estructura de 400 metros cuadrados que acogió a los dos intérpretes solistas y a los sesenta bailarines del Ballet Nacional de Lituania, que acompañaron a Tamara Rojo y Carlos Acosta. Una pasarela de 70 metros comunicaba el escenario con el monumento a Alfonso XII, completando esta estructura escénica.
Además, se instalaron unas gradas con aforo para 4.000 asientos, mientras que más de 14.000 espectadores tuvieron también oportunidad de disfrutar del espectáculo de pie.
Críticas al escenario
Por su parte, la Plataforma Ciudadana en Defensa del Retiro, integrada por varias asociaciones y sindicatos simpatizantes del parque, criticaron la decisión de instalar el escenario flotante porque suponía "el acceso de camiones de gran tonelaje, la atracción masiva de gente y podas innecesarias a más de 60 ejemplares de castañas de indias, una especie sensible a la insolación".
No obstante, la plataforma explicó que no está en contra de las fiestas del Patrón de Madrid, sino de que se celebrasen en "un lugar tan emblemático y sensible". De igual modo, explicaron que de esta manera se incumplía el Plan General de Ordenación Urbana, donde se especifica que "podrán autorizar instalaciones provisionales (..) presentando un escrito del proyecto".