Una clienta de la dirigente de Vox en Madrid Rocío Monasterio asegura en una información publicada por 'eldiario.es' que la política falsificó su firma en varios documentos para solicitar una licencia de un loft presentados en el ayuntamiento de la capital.
Según esta noticia, el estudio de arquitectura de Monasterio habría falsificado la firma de la clienta sin su consentimiento a la hora de presentar la documentación solicitada por el Ayuntamiento de Madrid. Fue una solicitud de un loft en 2004 en la céntrica calle San Marcos, en el barrio de Chueca.
La firma supuestamente falsificada figura hasta en 12 planos del proyecto presentado, previo visado en el Colegio de Ingenieros Industriales de Madrid, y también en otros 3 documentos de trámites necesarios para solicitar la licencia, que por cierto nunca se concedió.
La clienta afirmó a eldiario.es "no es mi firma", asegurando "sorprendida tras recibir la llamada y repasar los documentos en poder de esta redacción", afirma el digital dirigido por Ignacio Escolar. Esta persona tampoco llegó a saber nunca que era el hermano de Monasterio quien firmaba los planos de las obras, y no Rocío, a pesar de que se presentaba como arquitecta y que encabezaría el proyecto.
"Nos enteramos que el que firmaba era el hermano quien firmaba el proyecto cuando decidimos demandarla", explica esta clienta, que llevó a Monasterio a los tribunales por no lograr la licencia pese a los gastos de gestión y haber detectado "algunas irregularidades".
Ayer martes sabíamos que la Fiscalía había abierto diligencias de investigación contra Monasterio por falsedad documental. Una decisión que llega a raíz de la denuncia de Más Madrid sobre su pasado profesional al frente de un estudio de arquitectura que fundó 9 años antes de colegiarse.
El caso, destapado por 'El País', se refiere al uso de un sello del Colegio de Aparejadores de 2005 que fue fotocopiado y reutilizado en los años siguientes junto a la firma de Monasterio en una petición de licencia para el proyecto de un loft -sin permiso de uso residencial- destinado al presentador y humorista Arturo Valls.
También, este hecho de la supuesta firma falsificada de una clienta se suma a la acusación de una ex trabajadora del estudio de Monasterio y también del Colegio de Aparejadores. La primera es Esther Navarro, que asegura en 'El País' que la política usó su firma sin permiso en 2005 para una licencia de un loft porque Monasterio aún no era arquitecta.
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