Las rehenes Clara Rojas y Consuelo González, a quienes las FARC mantenían en su poder desde hace más de cinco años, fueron liberadas este jueves en un caserío indígena entre las poblaciones de La Paz y Tomachipán, en zona selvática del sureste colombiano, informó el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos.
En declaraciones a periodistas en Bogotá, el ministro precisó que la operación para la entrega de las rehenes transcurrió en medio de un cese de actividades militares, como lo garantizó el gobierno.
El funcionario dijo que esa parálisis de operaciones militares en la zona se prolongará durante varias horas, incluso más allá de lo acordado
"Nosotros no estamos interesados en reanudar operaciones en este momento. Queremos jugar limpio en el sentido de ir más allá de lo que nos habíamos comprometido y allí no van a realizarse operaciones militares durante varias horas", precisó Santos.
Las operaciones militares fueron suspendidas para garantizar a los guerrilleros de las FARC poder acceder al lugar donde entregarían a los rehenes, y su posterior retirada del lugar.
Incluso, Santos anotó que tropas del ejército se encuentran apenas "a dos kilómetros en línea recta del lugar donde fueron entregadas Rojas y González" a una misión del Comité Internacional de la Cruz Roja y delegados del gobierno venezolano.
Más adelante, el funcionario destacó que con la entrega de las dos secuestradas, quedó claro que para que las FARC devuelvan a los rehenes no es necesario traer al país delegados de varios países, ni desmilitarizar la zona.
Agregó que el gobierno espera que ahora el grupo insurgente "libere a los 750 secuestrados" que mantienen aún.
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