Off the record - 1 febrero 2008

RUMOR EN MADRID: ¿TIENE ZP UNA “AGENDA SECRETA”?

No pocas informaciones habían dicho que el cardenal Rouco, una vez que fuera elegido nuevo presidente de la Conferencia Episcopal en marzo, pocos días antes de las elecciones generales, haría alguna declaración o gesto orientador del voto católico, pero si efectivamente, llegado el momento, lo hace ya no podrá ser presentado como una radicalización de la Iglesia o como una postura parcial de los obispos más conservadores. Ese parece el principal sentido de la nota hecha pública por la Permanente de la CEE, todavía con la presidencia de Blázquez. “Desde ayer, queda constatado que la posición de la Iglesia española es unánime, no fragmentaria y la lectura de la nota de los obispos hace difícilmente conciliable el voto católico no con el PSOE pero ciertamente con el proyecto político de Zapatero”, nos explica un prelado generalmente tenido por entre los más “aperturistas” y moderados. Se ha extendido en muchos medios, no sólo eclesiales, la idea de que, al igual que su amigo el islamista Erdogan en Turquía, Rodríguez Zapatero tiene una “agenda secreta”, sólo conocida por José Blanco y su círculo más estrecho de confianza.

EL TERRORISMO Y LA FIABILIDAD

Los obispos ponen especial énfasis en el tema de la negociación con el terrorismo, coincidiendo con que la oleada del CIS muestra que el terrorismo vuelve a ser la principal preocupación de los españoles. “Pero no se trata sólo de la negociación con ETA, que entiendo que sea lo que preocupa a los españoles, sino de las raras connivencias con la dictadura de Chaves que alimenta el terrorismo en Latinoamérica y con el islamismo, que es la amenaza global”, dice a este Off The Record un embajador europeo en Madrid. “Todos los presidentes democrático han negociado con ETA”, proclama desde Ferraz el “número dos”, José Blanco. Y el catalán Durán i Lleida pone los puntos sobre las íes: “Sí, pero ninguno lo hizo bajo la presión de terrorismo activo. Lo grave es haber seguido negociando mientras se producían atentados como el de Barajas y haberlo negado mientras se hacía”. Añade el defensor del “centralismo político” y previsible aliado de quien gana el 9 de marzo,que la base de la política es la confianza, esto es, la fiabilidad, y que al dejar de ser fiable Rodríguez Zapatero deja de suscitar confianza.

VIENEN MÁS “TURBULENCIAS” FINANCIERAS

Cierto que, como cabía esperar, la oleada del CIS muestra que el terrorismo, el paro, ya en inocultable crecimiento, y la situación de la economía, en asimismo inocultable deriva hacia el peligro de recesión, son las tres grandes inquietudes de los españoles en este momento. Y no sólo de los ciudadanos de a pie, sensibles a la evidencia de la pérdida de poder adquisitivo, la caída del ahorro y el creciente endeudamiento familiar, sino que incluso, para prevenir en lo que se pueda el diluvio que viene, el Banco de España investiga activamente lo que puedan tener “pillado” los Bancos y Cajas, especialmente estas últimas, en el derrumbamiento del sector inmobiliario y de la construcción. No sólo créditos, sino también suelo, en particular el rústico que ha dejado de ser recalificable y que por tanto ha perdido la mayor parte de su valor. Miguel Ángel Fernández Ordóñez es del PSOE, pero es hombre serio y riguroso, decidido a no ser testigo pasivo de situaciones como que, por ejemplo, algunas Cajas tengan hasta el 70% del crédito puesto en el espacio inmobiliario en crisis. La actitud firme y profesional del Gobernador irrita crecientemente en Ferraz, en la medida que es disonante del escenario de “la mejor situación económica desde hace muchas décadas” que repite Rodríguez Zapatero en todas sus comparecencias. “El argumento electoral de que todo es una campaña de ‘catastrofismo’ del PP ya no se tiene en pie. La crisis es muy importante. Quizá no llegue a recesión, ojalá, pero vamos a tener en los próximos meses graves problemas económicos y quizá sociales”, afirmaba ayer un relevante directivo bancario en un numeroso corrillo de empresarios y financieros, en un hotel madrileño. Y nadie dijo lo contrario.

INMIGRACIÓN Y CENTRALIDAD POLÍTICA

La situación de la economía ha venido a converger con el significativo deterioro de la seguridad ciudadana y empiezan a percibirse signos de cambio de la opinión pública en relación con los inmigrantes. Lo advertía el martes en el Foro de Nueva Economía el nacionalista moderado catalán Durán i Lleida, e incluso proporcionaba su personal receta para evitar que la situación evolucione a peor: una política en dos parámetros, a) sí a los inmigrantes y a que en su integración tengas los mismos derechos que los españoles de origen, pero b) que tengan también las mismas obligaciones, y por tanto, que la integración les suponga asumir los valores constituciones y culturales de nuestro país. Y ponía un ejemplo expresivo: la plena igualdad de derechos de hombres y mujeres. Un gran “pacto nacional sobre la inmigración” de los partidos políticos se uniría a los pactos igualmente necesarios sobre el terrorismo y sobre la gestión de la política económica.

ESPAÑA, “PERIFÉRICA” EN LA UNIÓN EUROPEA

En Génova ha vuelto a respirarse cauteloso optimismo, después de las “turbulencias” políticas generadas por el affaire Gallardón-Aguirre. Los últimos datos de sondeos mantienen la expectativa de una ligera ventaja entre 4 y 8 escaños sobre el PSOE, con posibilidad de crecer algunos más. Cierto que en Ferraz afirman lo diametralmente opuesto, pero la evidencia de la mala imagen internacional de Rodríguez Zapatero ha llegado esta vez a los electores con la desoladora imagen de la ausencia de España en la minicumbre económica de Londres. Por una vez, en Génova estuvieron ágiles para hurgar en la herida, con la rápida aparición de Rajoy en París, flanqueado por Merkel y Sarkozy, quienes no regatearon sus expresiones de deseo de que gane las elecciones y se convierta en el nuevo presidente del Gobierno español. La imagen de que la victoria de Rajoy supondría el regreso de España al núcleo de poder y decisión de la Unión Europea ha calado, sin duda. Zapatero intentó paliar el traspiés con las fotos con Merkel en Mallorca, so pretexto de hacerle entrega del premio del Foro Nueva Economía, pero Merkel no permitió en ningún momento que el encuentro trascendiera los márgenes limitados de la obligada cortesía. La idea de que la política exterior no cuenta electoralmente es inexacta. Felipe González se dio cuenta enseguida de los riesgos y por eso prescindió apresuradamente de Fernando Morán. Los especiales compromisos con Moratinos le impiden hacer lo mismo a Rodríguez Zapatero. La consecuencia es que no ha sido posible reconstruir la relación con Estados Unidos y que España ha pasado a no contar en los foros internaciones y a una posición “periférica” en la Unión Europa.

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